martes, 29 de abril de 2008

Novena al Espíritu Santo

ORACION FINALES PARA TODOS LOS DÍAS(excepto el último día)

HIMNO AL ESPÍRITU SANTO
¡Ven, oh Criador Espíritu! nuestras almas visitad, los pechos, que Vos criasteis, llene gracia celestial.
Pues sois Paráclito Espíritu, Don del Padre celestial, fuente viva, sacro fuego, unción santa, espiritual.
En tus dones setiforrnes, tu promesa paternal, dedo eterno de Dios Padre nuestras lenguas inflamad.
Ilustrad nuestros sentidos, el corazón inflamad, nuestros cuerpos, que son flacos, con vuestra virtud armad.
Apartad los enemigos, danos la divina paz y siendo Vos nuestra guía huyamos toda maldad.
Par Vos al Padre y al Hijo, en esta vida mortal conozcamos, y creamos siempre tu Divinidad.
A Dios PADRE sea gloria, al HIJO gloria inmortal y al Espíritu PARÁCLITO por toda la Eternidad.
Amén.

DÍA PRIMERO

ORACION PARA EMPEZAR TODOS LOS DÍAS
¡Dios mío! Dios de amor y de verdad. Autor de la santificación de nuestras almas, postrado humildemente ante vuestra soberana Majestad, detesto en la amargura de mi corazón todos mis pecados, como ofensas hechas a Vos, digno de ser amado sobre todas las cesas. ¡Oh bondad infinita! ¡Quién jamás os hubiera ofendido! Perdonadme, Señor, Dios de gracia y de misericordia, perdonadme mis continuas infidelidades; el no haber tenido valor para ejecutar cosa alguna buena, después que tantas veces vuestra misericordia y gracia me han solicitado, reprendido, amenazado e inspirado amorosamente. Me pesa, me arrepiento de la ingrata correspondencia e indigna ceguedad con que he resistido incesantemente a vuestros dulces y divinos llamamientos. Mas propongo firmemente con vuestro auxilio de no ser ya rebelde a Vos, de seguir en adelante vuestras tiernas inspiraciones con suma docilidad. A este fin, alumbrad, oh fuente de luz, mi entendimiento, fortaleced mi voluntad, purificad mi corazón, arreglad todos mis pensamientos, deseos y afectos, y hacedme digno de gustar los frutos bienaventurados que vuestros dones producen en las almas que os poseen. Concededme las gracias que os pido en esta Novena, si han de ser para mayor gloria vuestra, y para que yo os vea, ame y alabe sin fin en vuestra gloria. Amén.

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Ven a nuestras almas¡ Oh Espíritu SANTO!y del cielo envíade tu luz un rayo.Ven, padre de pobres, ven, de dones franco, ven, de corazones lucido reparo.Ven, consolador, dulce y soberano, huésped de las almas, suave regalo.En los contratiempos descanso al trabajo, templanza en lo ardienteconsuelo en el llanto.Santísima luz de todo cristiano, lo intimo del pecho, llena de amor casto.En el hombre nadase halla sin tu amparo, y nada haber puede sin Ti, puro y santo.Con tus aguas puras lava lo manchado, riega lo que es seco pon lo enfermo sano.Al corazón duro doblegue tu mano, y ablande las almas que manchó el pecado.Vuelve al buen camino al extraviado, y al helado enciende en tu fuego santo.Concede a tus fieles en Ti confiados de tus altos dones sacro setenario.Aumento en virtudes haz que merezcamos, del eterno gozo el feliz descanso.Amén.
¡Oh Espíritu Santo! Fuente viva de divinas aguas que, en la creación del mundo, santificasteis las inmensas que rodeaban el mundo y las aguas del Jordán en el bautismo de Jesucristo, Señor nuestro; yo os suplico que seáis en mi espíritu, tan árido y seco, la Sagrada fuente de aguas vivas, que jamás se agote y salte hasta la vida eterna; y la gracia que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la Santísima TRINIDAD, y terminar con la oraciones finales para todos los días.

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DÍA SEGUNDO

ORACION PARA EMPEZAR TODOS LOS DÍAS
¡Dios mío! Dios de amor y de verdad. Autor de la santificación de nuestras almas, postrado humildemente ante vuestra soberana Majestad, detesto en la amargura de mi corazón todos mis pecados, como ofensas hechas a Vos, digno de ser amado sobre todas las cesas. ¡Oh bondad infinita! ¡Quién jamás os hubiera ofendido! Perdonadme, Señor, Dios de gracia y de misericordia, perdonadme mis continuas infidelidades; el no haber tenido valor para ejecutar cosa alguna buena, después que tantas veces vuestra misericordia y gracia me han solicitado, reprendido, amenazado e inspirado amorosamente. Me pesa, me arrepiento de la ingrata correspondencia e indigna ceguedad con que he resistido incesantemente a vuestros dulces y divinos llamamientos. Mas propongo firmemente con vuestro auxilio de no ser ya rebelde a Vos, de seguir en adelante vuestras tiernas inspiraciones con suma docilidad. A este fin, alumbrad, oh fuente de luz, mi entendimiento, fortaleced mi voluntad, purificad mi corazón, arreglad todos mis pensamientos, deseos y afectos, y hacedme digno de gustar los frutos bienaventurados que vuestros dones producen en las almas que os poseen. Concededme las gracias que os pido en esta Novena, si han de ser para mayor gloria vuestra, y para que yo os vea, ame y alabe sin fin en vuestra gloria. Amén.

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Ven a nuestras almas¡ Oh Espíritu SANTO!y del cielo envíade tu luz un rayo.Ven, padre de pobres, ven, de dones franco, ven, de corazones lucido reparo.Ven, consolador, dulce y soberano, huésped de las almas, suave regalo.En los contratiempos descanso al trabajo, templanza en lo ardienteconsuelo en el llanto.Santísima luz de todo cristiano, lo intimo del pecho, llena de amor casto.En el hombre nadase halla sin tu amparo, y nada haber puede sin Ti, puro y santo.Con tus aguas puras lava lo manchado, riega lo que es seco pon lo enfermo sano.Al corazón duro doblegue tu mano, y ablande las almas que manchó el pecado.Vuelve al buen camino al extraviado, y al helado enciende en tu fuego santo.Concede a tus fieles en Ti confiados de tus altos dones sacro setenario.Aumento en virtudes haz que merezcamos, del eterno gozo el feliz descanso.Amén.
¡Oh Espíritu Santo! Que haciendo sombra con vuestra virtud altísima a la purísima Virgen María, y llenándola al mismo tiempo de gracia, obrasteis de un modo inefable y omnipotente la obra infinita de la Encarnación del Verbo eterno, en el seno virginal de vuestra celestial Esposa: haced sombra a mi alma y concededme la gracia necesaria para que yo sea digno de recibir al mismo Verbo divino hecho hombre y sacramentado por mi amor, y también la especial que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra, y bien de mi alma. Amén.
Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la Santísima TRINIDAD, y terminar con la oraciones finales para todos los días.
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DÍA TERCERO

ORACION PARA EMPEZAR TODOS LOS DÍAS

¡Dios mío! Dios de amor y de verdad. Autor de la santificación de nuestras almas, postrado humildemente ante vuestra soberana Majestad, detesto en la amargura de mi corazón todos mis pecados, como ofensas hechas a Vos, digno de ser amado sobre todas las cesas. ¡Oh bondad infinita! ¡Quién jamás os hubiera ofendido! Perdonadme, Señor, Dios de gracia y de misericordia, perdonadme mis continuas infidelidades; el no haber tenido valor para ejecutar cosa alguna buena, después que tantas veces vuestra misericordia y gracia me han solicitado, reprendido, amenazado e inspirado amorosamente. Me pesa, me arrepiento de la ingrata correspondencia e indigna ceguedad con que he resistido incesantemente a vuestros dulces y divinos llamamientos. Mas propongo firmemente con vuestro auxilio de no ser ya rebelde a Vos, de seguir en adelante vuestras tiernas inspiraciones con suma docilidad. A este fin, alumbrad, oh fuente de luz, mi entendimiento, fortaleced mi voluntad, purificad mi corazón, arreglad todos mis pensamientos, deseos y afectos, y hacedme digno de gustar los frutos bienaventurados que vuestros dones producen en las almas que os poseen. Concededme las gracias que os pido en esta Novena, si han de ser para mayor gloria vuestra, y para que yo os vea, ame y alabe sin fin en vuestra gloria. Amén.

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Ven a nuestras almas¡ Oh Espíritu SANTO!y del cielo envíade tu luz un rayo.Ven, padre de pobres, ven, de dones franco, ven, de corazones lucido reparo.Ven, consolador, dulce y soberano, huésped de las almas, suave regalo.En los contratiempos descanso al trabajo, templanza en lo ardienteconsuelo en el llanto.Santísima luz de todo cristiano, lo intimo del pecho, llena de amor casto.En el hombre nadase halla sin tu amparo, y nada haber puede sin Ti, puro y santo.Con tus aguas puras lava lo manchado, riega lo que es seco pon lo enfermo sano.Al corazón duro doblegue tu mano, y ablande las almas que manchó el pecado.Vuelve al buen camino al extraviado, y al helado enciende en tu fuego santo.Concede a tus fieles en Ti confiados de tus altos dones sacro setenario.Aumento en virtudes haz que merezcamos, del eterno gozo el feliz descanso.Amén.
¡Oh Espíritu Santo! Celestial paloma que, abriendo de par en par los cielos, bajasteis sobre Jesús ya bautizado en el Jordán, simbolizando: que desde cl momento en que tomó la naturaleza humana, habitaba en él la plenitud de la Divinidad; bajad sobre la mía pobre y miserable y llenadla del don de sabiduría de consejo, de entendimiento y fortaleza, de ciencia, piedad y temor de Dios; y dadme la gracia que pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la Santísima TRINIDAD, y terminar con la oraciones finales para todos los días.
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DÍA CUARTO

ORACION PARA EMPEZAR TODOS LOS DÍAS

¡Dios mío! Dios de amor y de verdad. Autor de la santificación de nuestras almas, postrado humildemente ante vuestra soberana Majestad, detesto en la amargura de mi corazón todos mis pecados, como ofensas hechas a Vos, digno de ser amado sobre todas las cesas. ¡Oh bondad infinita! ¡Quién jamás os hubiera ofendido! Perdonadme, Señor, Dios de gracia y de misericordia, perdonadme mis continuas infidelidades; el no haber tenido valor para ejecutar cosa alguna buena, después que tantas veces vuestra misericordia y gracia me han solicitado, reprendido, amenazado e inspirado amorosamente. Me pesa, me arrepiento de la ingrata correspondencia e indigna ceguedad con que he resistido incesantemente a vuestros dulces y divinos llamamientos. Mas propongo firmemente con vuestro auxilio de no ser ya rebelde a Vos, de seguir en adelante vuestras tiernas inspiraciones con suma docilidad. A este fin, alumbrad, oh fuente de luz, mi entendimiento, fortaleced mi voluntad, purificad mi corazón, arreglad todos mis pensamientos, deseos y afectos, y hacedme digno de gustar los frutos bienaventurados que vuestros dones producen en las almas que os poseen. Concededme las gracias que os pido en esta Novena, si han de ser para mayor gloria vuestra, y para que yo os vea, ame y alabe sin fin en vuestra gloria. Amén.

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Ven a nuestras almas¡ Oh Espíritu SANTO!y del cielo envíade tu luz un rayo.Ven, padre de pobres, ven, de dones franco, ven, de corazones lucido reparo.Ven, consolador, dulce y soberano, huésped de las almas, suave regalo.En los contratiempos descanso al trabajo, templanza en lo ardienteconsuelo en el llanto.Santísima luz de todo cristiano, lo intimo del pecho, llena de amor casto.En el hombre nadase halla sin tu amparo, y nada haber puede sin Ti, puro y santo.Con tus aguas puras lava lo manchado, riega lo que es seco pon lo enfermo sano.Al corazón duro doblegue tu mano, y ablande las almas que manchó el pecado.Vuelve al buen camino al extraviado, y al helado enciende en tu fuego santo.Concede a tus fieles en Ti confiados de tus altos dones sacro setenario.Aumento en virtudes haz que merezcamos, del eterno gozo el feliz descanso.Amén.

¡Oh Espíritu Santo! Nube lúcida que haciendo en el Tabor sombra a Jesús transfigurado y glorioso, ilustrasteis aquel Santo monte, y amparasteis en su excesivo temor a los Apóstoles, comunicándoles después de la Ascensión de su Divino Maestro mucha luz, fervor y gracia; ilustrad, proteged y fecundad mi alma para que yo sea digno discípulo de Jesús, y dadme la gracia que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la Santísima TRINIDAD, y terminar con la oraciones finales para todos los días.

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DÍA QUINTO

ORACION PARA EMPEZAR TODOS LOS DÍAS

¡Dios mío! Dios de amor y de verdad. Autor de la santificación de nuestras almas, postrado humildemente ante vuestra soberana Majestad, detesto en la amargura de mi corazón todos mis pecados, como ofensas hechas a Vos, digno de ser amado sobre todas las cesas. ¡Oh bondad infinita! ¡Quién jamás os hubiera ofendido! Perdonadme, Señor, Dios de gracia y de misericordia, perdonadme mis continuas infidelidades; el no haber tenido valor para ejecutar cosa alguna buena, después que tantas veces vuestra misericordia y gracia me han solicitado, reprendido, amenazado e inspirado amorosamente. Me pesa, me arrepiento de la ingrata correspondencia e indigna ceguedad con que he resistido incesantemente a vuestros dulces y divinos llamamientos. Mas propongo firmemente con vuestro auxilio de no ser ya rebelde a Vos, de seguir en adelante vuestras tiernas inspiraciones con suma docilidad. A este fin, alumbrad, oh fuente de luz, mi entendimiento, fortaleced mi voluntad, purificad mi corazón, arreglad todos mis pensamientos, deseos y afectos, y hacedme digno de gustar los frutos bienaventurados que vuestros dones producen en las almas que os poseen. Concededme las gracias que os pido en esta Novena, si han de ser para mayor gloria vuestra, y para que yo os vea, ame y alabe sin fin en vuestra gloria. Amén.

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Ven a nuestras almas¡ Oh Espíritu SANTO!y del cielo envíade tu luz un rayo.Ven, padre de pobres, ven, de dones franco, ven, de corazones lucido reparo.Ven, consolador, dulce y soberano, huésped de las almas, suave regalo.En los contratiempos descanso al trabajo, templanza en lo ardienteconsuelo en el llanto.Santísima luz de todo cristiano, lo intimo del pecho, llena de amor casto.En el hombre nadase halla sin tu amparo, y nada haber puede sin Ti, puro y santo.Con tus aguas puras lava lo manchado, riega lo que es seco pon lo enfermo sano.Al corazón duro doblegue tu mano, y ablande las almas que manchó el pecado.Vuelve al buen camino al extraviado, y al helado enciende en tu fuego santo.Concede a tus fieles en Ti confiados de tus altos dones sacro setenario.Aumento en virtudes haz que merezcamos, del eterno gozo el feliz descanso.Amén.

¡Oh Espíritu Santo! Suave viento que llenó el Cenáculo y dio fuerza y valor a los corazones de cuantos os esperaban, orando fervorosamente unidos con una alma y un corazón: ocupad ¡oh Espíritu de vida y amor! toda la casa de mi pequeño espíritu, mí memoria, entendimiento y voluntad: y dadme la gracia que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la Santísima TRINIDAD, y terminar con la oraciones finales para todos los días.
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DÍA SEXTO

ORACION PARA EMPEZAR TODOS LOS DÍAS

¡Dios mío! Dios de amor y de verdad. Autor de la santificación de nuestras almas, postrado humildemente ante vuestra soberana Majestad, detesto en la amargura de mi corazón todos mis pecados, como ofensas hechas a Vos, digno de ser amado sobre todas las cesas. ¡Oh bondad infinita! ¡Quién jamás os hubiera ofendido! Perdonadme, Señor, Dios de gracia y de misericordia, perdonadme mis continuas infidelidades; el no haber tenido valor para ejecutar cosa alguna buena, después que tantas veces vuestra misericordia y gracia me han solicitado, reprendido, amenazado e inspirado amorosamente. Me pesa, me arrepiento de la ingrata correspondencia e indigna ceguedad con que he resistido incesantemente a vuestros dulces y divinos llamamientos. Mas propongo firmemente con vuestro auxilio de no ser ya rebelde a Vos, de seguir en adelante vuestras tiernas inspiraciones con suma docilidad. A este fin, alumbrad, oh fuente de luz, mi entendimiento, fortaleced mi voluntad, purificad mi corazón, arreglad todos mis pensamientos, deseos y afectos, y hacedme digno de gustar los frutos bienaventurados que vuestros dones producen en las almas que os poseen. Concededme las gracias que os pido en esta Novena, si han de ser para mayor gloria vuestra, y para que yo os vea, ame y alabe sin fin en vuestra gloria. Amén.

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Ven a nuestras almas¡ Oh Espíritu SANTO!y del cielo envíade tu luz un rayo.Ven, padre de pobres, ven, de dones franco, ven, de corazones lucido reparo.Ven, consolador, dulce y soberano, huésped de las almas, suave regalo.En los contratiempos descanso al trabajo, templanza en lo ardienteconsuelo en el llanto.Santísima luz de todo cristiano, lo intimo del pecho, llena de amor casto.En el hombre nadase halla sin tu amparo, y nada haber puede sin Ti, puro y santo.Con tus aguas puras lava lo manchado, riega lo que es seco pon lo enfermo sano.Al corazón duro doblegue tu mano, y ablande las almas que manchó el pecado.Vuelve al buen camino al extraviado, y al helado enciende en tu fuego santo.Concede a tus fieles en Ti confiados de tus altos dones sacro setenario.Aumento en virtudes haz que merezcamos, del eterno gozo el feliz descanso.Amén.

Oh Espíritu Santo! Luz clarísima que ilustró el entendimiento de los santos Apóstoles, comunicándoles, como Sol divino, toda la luz que necesitaban para su perfección y para la conversión del mundo: llenad ¡oh luz beatísima! todos los senos tenebrosos de mi interior, para que os conozca y dé a conocer a todo el mundo; y la gracia que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la Santísima TRINIDAD, y terminar con la oraciones finales para todos los días.
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DÍA SÉPTIMO

ORACION PARA EMPEZAR TODOS LOS DÍAS

¡Dios mío! Dios de amor y de verdad. Autor de la santificación de nuestras almas, postrado humildemente ante vuestra soberana Majestad, detesto en la amargura de mi corazón todos mis pecados, como ofensas hechas a Vos, digno de ser amado sobre todas las cesas. ¡Oh bondad infinita! ¡Quién jamás os hubiera ofendido! Perdonadme, Señor, Dios de gracia y de misericordia, perdonadme mis continuas infidelidades; el no haber tenido valor para ejecutar cosa alguna buena, después que tantas veces vuestra misericordia y gracia me han solicitado, reprendido, amenazado e inspirado amorosamente. Me pesa, me arrepiento de la ingrata correspondencia e indigna ceguedad con que he resistido incesantemente a vuestros dulces y divinos llamamientos. Mas propongo firmemente con vuestro auxilio de no ser ya rebelde a Vos, de seguir en adelante vuestras tiernas inspiraciones con suma docilidad. A este fin, alumbrad, oh fuente de luz, mi entendimiento, fortaleced mi voluntad, purificad mi corazón, arreglad todos mis pensamientos, deseos y afectos, y hacedme digno de gustar los frutos bienaventurados que vuestros dones producen en las almas que os poseen. Concededme las gracias que os pido en esta Novena, si han de ser para mayor gloria vuestra, y para que yo os vea, ame y alabe sin fin en vuestra gloria. Amén.

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Ven a nuestras almas¡ Oh Espíritu SANTO!y del cielo envíade tu luz un rayo.Ven, padre de pobres, ven, de dones franco, ven, de corazones lucido reparo.Ven, consolador, dulce y soberano, huésped de las almas, suave regalo.En los contratiempos descanso al trabajo, templanza en lo ardienteconsuelo en el llanto.Santísima luz de todo cristiano, lo intimo del pecho, llena de amor casto.En el hombre nadase halla sin tu amparo, y nada haber puede sin Ti, puro y santo.Con tus aguas puras lava lo manchado, riega lo que es seco pon lo enfermo sano.Al corazón duro doblegue tu mano, y ablande las almas que manchó el pecado.Vuelve al buen camino al extraviado, y al helado enciende en tu fuego santo.Concede a tus fieles en Ti confiados de tus altos dones sacro setenario.Aumento en virtudes haz que merezcamos, del eterno gozo el feliz descanso.Amén.

¡Oh Espíritu Santo! Sagrado fuego que apareciendo visible sobre los Apóstoles el día de Pentecostés, inflamasteis divinamente sus corazones para que, abrasados en vuestro amor, encendiesen después a todo el mundo en las mismas sagradas llamas: encended en vuestros santísimos ardores mi corazón helado, para que, abrasado mi espíritu en ellos, encienda en vuestro divino amor a cuantos tratare; y dadme la gracia que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la Santísima TRINIDAD, y terminar con la oraciones finales para todos los días.

DÍA OCTAVO

ORACION PARA EMPEZAR TODOS LOS DÍAS

¡Dios mío! Dios de amor y de verdad. Autor de la santificación de nuestras almas, postrado humildemente ante vuestra soberana Majestad, detesto en la amargura de mi corazón todos mis pecados, como ofensas hechas a Vos, digno de ser amado sobre todas las cesas. ¡Oh bondad infinita! ¡Quién jamás os hubiera ofendido! Perdonadme, Señor, Dios de gracia y de misericordia, perdonadme mis continuas infidelidades; el no haber tenido valor para ejecutar cosa alguna buena, después que tantas veces vuestra misericordia y gracia me han solicitado, reprendido, amenazado e inspirado amorosamente. Me pesa, me arrepiento de la ingrata correspondencia e indigna ceguedad con que he resistido incesantemente a vuestros dulces y divinos llamamientos. Mas propongo firmemente con vuestro auxilio de no ser ya rebelde a Vos, de seguir en adelante vuestras tiernas inspiraciones con suma docilidad. A este fin, alumbrad, oh fuente de luz, mi entendimiento, fortaleced mi voluntad, purificad mi corazón, arreglad todos mis pensamientos, deseos y afectos, y hacedme digno de gustar los frutos bienaventurados que vuestros dones producen en las almas que os poseen. Concededme las gracias que os pido en esta Novena, si han de ser para mayor gloria vuestra, y para que yo os vea, ame y alabe sin fin en vuestra gloria. Amén.

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Ven a nuestras almas¡ Oh Espíritu SANTO!y del cielo envíade tu luz un rayo.Ven, padre de pobres, ven, de dones franco, ven, de corazones lucido reparo.Ven, consolador, dulce y soberano, huésped de las almas, suave regalo.En los contratiempos descanso al trabajo, templanza en lo ardienteconsuelo en el llanto.Santísima luz de todo cristiano, lo intimo del pecho, llena de amor casto.En el hombre nadase halla sin tu amparo, y nada haber puede sin Ti, puro y santo.Con tus aguas puras lava lo manchado, riega lo que es seco pon lo enfermo sano.Al corazón duro doblegue tu mano, y ablande las almas que manchó el pecado.Vuelve al buen camino al extraviado, y al helado enciende en tu fuego santo.Concede a tus fieles en Ti confiados de tus altos dones sacro setenario.Aumento en virtudes haz que merezcamos, del eterno gozo el feliz descanso.Amén.

¡Oh Espíritu Santo! Llama ardiente de caridad que con el fuego de vuestro amor inflamando el corazón de los santos Apóstoles y de todos los hombres Apostólicos, les comunicasteis el don de lenguas para la conversión del mundo; inflamad sagrado fuego de amor a mi corazón y mi lengua para que siempre hable gobernado por vuestro Espíritu, y fervoroso en la caridad, inflame a todos para que observen fielmente vuestros divinos mandamientos; y dadme la gracia que pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la Santísima TRINIDAD, y terminar con la oraciones finales para todos los días.

DÍA NOVENO

ORACION PARA EMPEZAR TODOS LOS DÍAS

¡Dios mío! Dios de amor y de verdad. Autor de la santificación de nuestras almas, postrado humildemente ante vuestra soberana Majestad, detesto en la amargura de mi corazón todos mis pecados, como ofensas hechas a Vos, digno de ser amado sobre todas las cesas. ¡Oh bondad infinita! ¡Quién jamás os hubiera ofendido! Perdonadme, Señor, Dios de gracia y de misericordia, perdonadme mis continuas infidelidades; el no haber tenido valor para ejecutar cosa alguna buena, después que tantas veces vuestra misericordia y gracia me han solicitado, reprendido, amenazado e inspirado amorosamente. Me pesa, me arrepiento de la ingrata correspondencia e indigna ceguedad con que he resistido incesantemente a vuestros dulces y divinos llamamientos. Mas propongo firmemente con vuestro auxilio de no ser ya rebelde a Vos, de seguir en adelante vuestras tiernas inspiraciones con suma docilidad. A este fin, alumbrad, oh fuente de luz, mi entendimiento, fortaleced mi voluntad, purificad mi corazón, arreglad todos mis pensamientos, deseos y afectos, y hacedme digno de gustar los frutos bienaventurados que vuestros dones producen en las almas que os poseen. Concededme las gracias que os pido en esta Novena, si han de ser para mayor gloria vuestra, y para que yo os vea, ame y alabe sin fin en vuestra gloria. Amén.

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Ven a nuestras almas¡ Oh Espíritu SANTO!y del cielo envíade tu luz un rayo.Ven, padre de pobres, ven, de dones franco, ven, de corazones lucido reparo.Ven, consolador, dulce y soberano, huésped de las almas, suave regalo.En los contratiempos descanso al trabajo, templanza en lo ardienteconsuelo en el llanto.Santísima luz de todo cristiano, lo intimo del pecho, llena de amor casto.En el hombre nadase halla sin tu amparo, y nada haber puede sin Ti, puro y santo.Con tus aguas puras lava lo manchado, riega lo que es seco pon lo enfermo sano.Al corazón duro doblegue tu mano, y ablande las almas que manchó el pecado.Vuelve al buen camino al extraviado, y al helado enciende en tu fuego santo.Concede a tus fieles en Ti confiados de tus altos dones sacro setenario.Aumento en virtudes haz que merezcamos, del eterno gozo el feliz descanso.Amén.

¡Oh Espíritu Santo! Caridad esencial que, difundida en los corazones humanos, los divinizáis comunicándoles todas las divinas gracias que se incluyen en nuestros siete dones, y comprenden cuanto necesita la vida espiritual, propia de cada uno, y la que deseáis se comunique a todos los hombres: difundidlos, ¡oh Caridad santísima! en mi corazón tan pobre de vuestros siete dones, y que con ellos publique vuestras grandezas. ¡Oh Dios misericordioso! Vos, que antiguamente llenasteis en este dichoso día los pechos apostólicos de vuestra gracia, llenad los nuestros de vuestros divinos carismas, concedednos tranquilos tiempos, confirmad las gracias que os hemos pedido en esta Novena, si son para mayor gloria vuestra y bien de nuestras almas. Amén.
Después de esta oración, en lugar de la antífona, verso, respuesta y oración de todos los días, se dirán las siguientes:

ANTÍFONA PARA EL DÍA NOVENO

Hoy se completaron los días de Pentecostés, aleluya; hoy se reproducen los felices gozos, cuando el Espíritu Consolador bajó sobre sus Apóstoles, aleluya; hoy, rayando el resplandor del divino fuego, reposó el Espíritu Santo en forma de lenguas sobre ellos, aleluya; hoy les hace fecundos en palabras, les inflama de su amor y les llena de' sus innumerables carismas, aleluya, aleluya.
V. Fueron todos llenos del Espíritu Santo, aleluya.R. Y comenzaron a hablar en varias lenguas, aleluya.

ORACIÓN

Oh Dios, que habéis instruido en este día los Corazones de los fieles con la ilustración del Espíritu Santo, dadme el sentir rectamente con este mismo Espíritu, y gozar siempre de su consolación. Por Jesucristo Señor nuestro, tu Hijo, que vive contigo y reina en la unidad del mismo Espíritu Santo, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.

Los Dones del Espiritu Santo

1º DON DE SABIDURíA: No es para que sepamos muchísimo de muchas cosas; sino para perfeccionar en nosotros ni más ni menos que el amor, la caridad. Las almas privilegiadas que de manera habitual han recibido ese don han amado a Dios como no tenemos ni idea; han aparecido ante el mundo como unos loquitos que eran capaces de hacer por Dios y por la gente gestos heroicos. Díganme si un misionero no necesita de este don del Espíritu Santo, cuando las exigencias de la Misión casi siempre, de manera habitual, han de ser heroicas.

2º DON DE ENTENDIMIENTO: Potencia y cómo que dispara la virtud de la fe. Con él se entienden de manera admirable lo más profundos misterios; se comprende por ejemplo la santidad de la Virgen María; la grandeza de la Santa Misa, y su valor infinito... por medio de ese admirable don se ilumina nuestro entendimiento y nos confiere una fuerza y una eficacia santificadora, tal como la necesita el evangelizador, el que se entrega a la causa estupenda de dar a conocer al mundo a Cristo el Señor, su Vida y su Evangelio; al que deja su vida en los campos de las Misiones.

3º DON DE CIENCIA: Se trata de la ciencia verdadera, de la que viene y va a Dios en directo. Por supuesto que también perfecciona la fe que debemos transmitir a los demás, como el mejor servicio que se le puede prestar a los hombres, de acuerdo con Juan Pablo II. Esta ciencia nos enseña “a juzgar rectamente de las cosas creadas”. El “hermano sol y la hermana luna” se las inventó el corazón de San Francisco de Asís con esta ciencia, que merece la vida entera por conocerla y gustarla. El misionero vive en pleno contacto con la naturaleza y sus maravillas; y todo le ayuda para entender mejor el amor de Dios y explicárselo con fuego a quienes nunca supieron que tenían en los cielos un Padre bondadoso que es puro Amor.

4º DON DE CONSEJO: Gracias, en buena parte, a este regalo del Espíritu los misioneros fueron a parar a territorios que ni sabían dónde quedaban en la geografía de los continentes o países. Allí fueron a dar con sus huesos y con su enorme carga de fe y de amor, guiados, quizá sin saberlo, por el consejo sutil y cierto del Espíritu Santo. Ayuda mucho, pero mucho, a esa virtud tan rara y muy pocas veces tomada en cuenta que es la prudencia, virtud casi desconocida y raras veces empleada en nuestro vivir y en nuestro actuar. Nuestras grandes determinaciones en la vida están o deben estar signadas por el don de Consejo, si es que no queremos fracasar con nuestras propias loqueras o nuestros criterios personales.

5º DON DE PIEDAD: No es expresamente para formar monaguillos piadosos –que tampoco debe ser cosa fácil- sino que con este don, el Espíritu nos hace descubrir a Dios como Padre y quererle con todas nuestras fuerzas; de paso nos estimula a querer a nuestros hermanos, como Teresa de Calcuta quería a los leprosos. Es la vida ordinaria del misionero. Gentes que no conocen de nada ni la entienden en su cultura, ni saben de su idioma, y se fajan, sin embargo, a conocer, amar y ayudar en cuerpo y alma, a pequeños Cristos que se le han cruzado en el camino de su vocación misionera. El don de piedad actúa como un auténtico milagro en el corazón del misionero. (Cuando se habla del misionero, se entiende por igual de la misionera, de la persona consagrada o del laico comprometido. Los dones no tienen género. Son del Espíritu Santo y basta).

6º DON DE FORTALEZA: Se trata de una fuerza del Espíritu Santo que resiste y acomete según la necesidad del momento. Es bueno recordar que la fortaleza es una de las virtudes cardinales ¿Se acuerda usted por dónde anda eso en el catecismo que estudió? Pues aunque no se acuerde nadie, ni lo tome demasiado en serio, el Espíritu Santo, sí; él concede una fuerza y un valor increíble a quienes asiste en los trances más difíciles de la vida. Necesitamos todos urgentemente y casi en cada momento, de esta fuerza única que resiste el mal; el que sacude al mundo y a sus gentes como un huracán y tiende a destruirlo y borrarlo del mapa de la vida.
Resistir el mal y hacer siempre el bien, sin cansarnos como nos enseña San Pablo. Las causas de Dios son empinadas, costosas; exigen muchas veces la vida misma. Por algo la Iglesia creció con la sangre de sus mártires. Pura fortaleza de Dios; don bellísimo y absolutamente necesario en nuestros tiempos.

7º DON DE TEMOR A DIOS: También el temor es necesario; pero es un temor pleno de amor; es un susto justificado de perder la amistad de nuestro Padre Dios y de nuestro Hermano Jesús. Un enamorado tiembla sólo con pensar en que puede perder a su amor; a la persona que es razón de su vida. Se trata de un temor filial, el temor de Dios. Por supuesto que, si al perder al Dios se pierde el cielo donde él habita con sus santos, se puede uno imaginar lo terrible que tiene que ocurrir en el corazón de un misionero, si después de una entrega heroica y sin límites se queda del lado de afuera. San Pablo lo sintió y debió temblar como la hoja en el árbol. Temía que predicando a los demás, él mismo pudiera ser borrado del libro de la vida. El don de temor es sano, muy digno de que lo tomemos en cuenta y de pedírselo al Espíritu Santo junto con los demás dones y regalos que él nos hace.
Es bueno que hablemos del Espíritu Santo; descubramos su presencia en nuestros corazones y agradezcamos el milagro amoroso de revivir dentro de nosotros, con esa suavidad y fortaleza, solo perceptible cuando nos entregamos a El como Abogado nuestro ante el Padre, que no cesa de interceder por nosotros “con gemidos inefables”.