martes, 29 de abril de 2008

Novena al Espíritu Santo

ORACION FINALES PARA TODOS LOS DÍAS(excepto el último día)

HIMNO AL ESPÍRITU SANTO
¡Ven, oh Criador Espíritu! nuestras almas visitad, los pechos, que Vos criasteis, llene gracia celestial.
Pues sois Paráclito Espíritu, Don del Padre celestial, fuente viva, sacro fuego, unción santa, espiritual.
En tus dones setiforrnes, tu promesa paternal, dedo eterno de Dios Padre nuestras lenguas inflamad.
Ilustrad nuestros sentidos, el corazón inflamad, nuestros cuerpos, que son flacos, con vuestra virtud armad.
Apartad los enemigos, danos la divina paz y siendo Vos nuestra guía huyamos toda maldad.
Par Vos al Padre y al Hijo, en esta vida mortal conozcamos, y creamos siempre tu Divinidad.
A Dios PADRE sea gloria, al HIJO gloria inmortal y al Espíritu PARÁCLITO por toda la Eternidad.
Amén.

DÍA PRIMERO

ORACION PARA EMPEZAR TODOS LOS DÍAS
¡Dios mío! Dios de amor y de verdad. Autor de la santificación de nuestras almas, postrado humildemente ante vuestra soberana Majestad, detesto en la amargura de mi corazón todos mis pecados, como ofensas hechas a Vos, digno de ser amado sobre todas las cesas. ¡Oh bondad infinita! ¡Quién jamás os hubiera ofendido! Perdonadme, Señor, Dios de gracia y de misericordia, perdonadme mis continuas infidelidades; el no haber tenido valor para ejecutar cosa alguna buena, después que tantas veces vuestra misericordia y gracia me han solicitado, reprendido, amenazado e inspirado amorosamente. Me pesa, me arrepiento de la ingrata correspondencia e indigna ceguedad con que he resistido incesantemente a vuestros dulces y divinos llamamientos. Mas propongo firmemente con vuestro auxilio de no ser ya rebelde a Vos, de seguir en adelante vuestras tiernas inspiraciones con suma docilidad. A este fin, alumbrad, oh fuente de luz, mi entendimiento, fortaleced mi voluntad, purificad mi corazón, arreglad todos mis pensamientos, deseos y afectos, y hacedme digno de gustar los frutos bienaventurados que vuestros dones producen en las almas que os poseen. Concededme las gracias que os pido en esta Novena, si han de ser para mayor gloria vuestra, y para que yo os vea, ame y alabe sin fin en vuestra gloria. Amén.

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Ven a nuestras almas¡ Oh Espíritu SANTO!y del cielo envíade tu luz un rayo.Ven, padre de pobres, ven, de dones franco, ven, de corazones lucido reparo.Ven, consolador, dulce y soberano, huésped de las almas, suave regalo.En los contratiempos descanso al trabajo, templanza en lo ardienteconsuelo en el llanto.Santísima luz de todo cristiano, lo intimo del pecho, llena de amor casto.En el hombre nadase halla sin tu amparo, y nada haber puede sin Ti, puro y santo.Con tus aguas puras lava lo manchado, riega lo que es seco pon lo enfermo sano.Al corazón duro doblegue tu mano, y ablande las almas que manchó el pecado.Vuelve al buen camino al extraviado, y al helado enciende en tu fuego santo.Concede a tus fieles en Ti confiados de tus altos dones sacro setenario.Aumento en virtudes haz que merezcamos, del eterno gozo el feliz descanso.Amén.
¡Oh Espíritu Santo! Fuente viva de divinas aguas que, en la creación del mundo, santificasteis las inmensas que rodeaban el mundo y las aguas del Jordán en el bautismo de Jesucristo, Señor nuestro; yo os suplico que seáis en mi espíritu, tan árido y seco, la Sagrada fuente de aguas vivas, que jamás se agote y salte hasta la vida eterna; y la gracia que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la Santísima TRINIDAD, y terminar con la oraciones finales para todos los días.

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DÍA SEGUNDO

ORACION PARA EMPEZAR TODOS LOS DÍAS
¡Dios mío! Dios de amor y de verdad. Autor de la santificación de nuestras almas, postrado humildemente ante vuestra soberana Majestad, detesto en la amargura de mi corazón todos mis pecados, como ofensas hechas a Vos, digno de ser amado sobre todas las cesas. ¡Oh bondad infinita! ¡Quién jamás os hubiera ofendido! Perdonadme, Señor, Dios de gracia y de misericordia, perdonadme mis continuas infidelidades; el no haber tenido valor para ejecutar cosa alguna buena, después que tantas veces vuestra misericordia y gracia me han solicitado, reprendido, amenazado e inspirado amorosamente. Me pesa, me arrepiento de la ingrata correspondencia e indigna ceguedad con que he resistido incesantemente a vuestros dulces y divinos llamamientos. Mas propongo firmemente con vuestro auxilio de no ser ya rebelde a Vos, de seguir en adelante vuestras tiernas inspiraciones con suma docilidad. A este fin, alumbrad, oh fuente de luz, mi entendimiento, fortaleced mi voluntad, purificad mi corazón, arreglad todos mis pensamientos, deseos y afectos, y hacedme digno de gustar los frutos bienaventurados que vuestros dones producen en las almas que os poseen. Concededme las gracias que os pido en esta Novena, si han de ser para mayor gloria vuestra, y para que yo os vea, ame y alabe sin fin en vuestra gloria. Amén.

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Ven a nuestras almas¡ Oh Espíritu SANTO!y del cielo envíade tu luz un rayo.Ven, padre de pobres, ven, de dones franco, ven, de corazones lucido reparo.Ven, consolador, dulce y soberano, huésped de las almas, suave regalo.En los contratiempos descanso al trabajo, templanza en lo ardienteconsuelo en el llanto.Santísima luz de todo cristiano, lo intimo del pecho, llena de amor casto.En el hombre nadase halla sin tu amparo, y nada haber puede sin Ti, puro y santo.Con tus aguas puras lava lo manchado, riega lo que es seco pon lo enfermo sano.Al corazón duro doblegue tu mano, y ablande las almas que manchó el pecado.Vuelve al buen camino al extraviado, y al helado enciende en tu fuego santo.Concede a tus fieles en Ti confiados de tus altos dones sacro setenario.Aumento en virtudes haz que merezcamos, del eterno gozo el feliz descanso.Amén.
¡Oh Espíritu Santo! Que haciendo sombra con vuestra virtud altísima a la purísima Virgen María, y llenándola al mismo tiempo de gracia, obrasteis de un modo inefable y omnipotente la obra infinita de la Encarnación del Verbo eterno, en el seno virginal de vuestra celestial Esposa: haced sombra a mi alma y concededme la gracia necesaria para que yo sea digno de recibir al mismo Verbo divino hecho hombre y sacramentado por mi amor, y también la especial que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra, y bien de mi alma. Amén.
Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la Santísima TRINIDAD, y terminar con la oraciones finales para todos los días.
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DÍA TERCERO

ORACION PARA EMPEZAR TODOS LOS DÍAS

¡Dios mío! Dios de amor y de verdad. Autor de la santificación de nuestras almas, postrado humildemente ante vuestra soberana Majestad, detesto en la amargura de mi corazón todos mis pecados, como ofensas hechas a Vos, digno de ser amado sobre todas las cesas. ¡Oh bondad infinita! ¡Quién jamás os hubiera ofendido! Perdonadme, Señor, Dios de gracia y de misericordia, perdonadme mis continuas infidelidades; el no haber tenido valor para ejecutar cosa alguna buena, después que tantas veces vuestra misericordia y gracia me han solicitado, reprendido, amenazado e inspirado amorosamente. Me pesa, me arrepiento de la ingrata correspondencia e indigna ceguedad con que he resistido incesantemente a vuestros dulces y divinos llamamientos. Mas propongo firmemente con vuestro auxilio de no ser ya rebelde a Vos, de seguir en adelante vuestras tiernas inspiraciones con suma docilidad. A este fin, alumbrad, oh fuente de luz, mi entendimiento, fortaleced mi voluntad, purificad mi corazón, arreglad todos mis pensamientos, deseos y afectos, y hacedme digno de gustar los frutos bienaventurados que vuestros dones producen en las almas que os poseen. Concededme las gracias que os pido en esta Novena, si han de ser para mayor gloria vuestra, y para que yo os vea, ame y alabe sin fin en vuestra gloria. Amén.

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Ven a nuestras almas¡ Oh Espíritu SANTO!y del cielo envíade tu luz un rayo.Ven, padre de pobres, ven, de dones franco, ven, de corazones lucido reparo.Ven, consolador, dulce y soberano, huésped de las almas, suave regalo.En los contratiempos descanso al trabajo, templanza en lo ardienteconsuelo en el llanto.Santísima luz de todo cristiano, lo intimo del pecho, llena de amor casto.En el hombre nadase halla sin tu amparo, y nada haber puede sin Ti, puro y santo.Con tus aguas puras lava lo manchado, riega lo que es seco pon lo enfermo sano.Al corazón duro doblegue tu mano, y ablande las almas que manchó el pecado.Vuelve al buen camino al extraviado, y al helado enciende en tu fuego santo.Concede a tus fieles en Ti confiados de tus altos dones sacro setenario.Aumento en virtudes haz que merezcamos, del eterno gozo el feliz descanso.Amén.
¡Oh Espíritu Santo! Celestial paloma que, abriendo de par en par los cielos, bajasteis sobre Jesús ya bautizado en el Jordán, simbolizando: que desde cl momento en que tomó la naturaleza humana, habitaba en él la plenitud de la Divinidad; bajad sobre la mía pobre y miserable y llenadla del don de sabiduría de consejo, de entendimiento y fortaleza, de ciencia, piedad y temor de Dios; y dadme la gracia que pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la Santísima TRINIDAD, y terminar con la oraciones finales para todos los días.
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DÍA CUARTO

ORACION PARA EMPEZAR TODOS LOS DÍAS

¡Dios mío! Dios de amor y de verdad. Autor de la santificación de nuestras almas, postrado humildemente ante vuestra soberana Majestad, detesto en la amargura de mi corazón todos mis pecados, como ofensas hechas a Vos, digno de ser amado sobre todas las cesas. ¡Oh bondad infinita! ¡Quién jamás os hubiera ofendido! Perdonadme, Señor, Dios de gracia y de misericordia, perdonadme mis continuas infidelidades; el no haber tenido valor para ejecutar cosa alguna buena, después que tantas veces vuestra misericordia y gracia me han solicitado, reprendido, amenazado e inspirado amorosamente. Me pesa, me arrepiento de la ingrata correspondencia e indigna ceguedad con que he resistido incesantemente a vuestros dulces y divinos llamamientos. Mas propongo firmemente con vuestro auxilio de no ser ya rebelde a Vos, de seguir en adelante vuestras tiernas inspiraciones con suma docilidad. A este fin, alumbrad, oh fuente de luz, mi entendimiento, fortaleced mi voluntad, purificad mi corazón, arreglad todos mis pensamientos, deseos y afectos, y hacedme digno de gustar los frutos bienaventurados que vuestros dones producen en las almas que os poseen. Concededme las gracias que os pido en esta Novena, si han de ser para mayor gloria vuestra, y para que yo os vea, ame y alabe sin fin en vuestra gloria. Amén.

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Ven a nuestras almas¡ Oh Espíritu SANTO!y del cielo envíade tu luz un rayo.Ven, padre de pobres, ven, de dones franco, ven, de corazones lucido reparo.Ven, consolador, dulce y soberano, huésped de las almas, suave regalo.En los contratiempos descanso al trabajo, templanza en lo ardienteconsuelo en el llanto.Santísima luz de todo cristiano, lo intimo del pecho, llena de amor casto.En el hombre nadase halla sin tu amparo, y nada haber puede sin Ti, puro y santo.Con tus aguas puras lava lo manchado, riega lo que es seco pon lo enfermo sano.Al corazón duro doblegue tu mano, y ablande las almas que manchó el pecado.Vuelve al buen camino al extraviado, y al helado enciende en tu fuego santo.Concede a tus fieles en Ti confiados de tus altos dones sacro setenario.Aumento en virtudes haz que merezcamos, del eterno gozo el feliz descanso.Amén.

¡Oh Espíritu Santo! Nube lúcida que haciendo en el Tabor sombra a Jesús transfigurado y glorioso, ilustrasteis aquel Santo monte, y amparasteis en su excesivo temor a los Apóstoles, comunicándoles después de la Ascensión de su Divino Maestro mucha luz, fervor y gracia; ilustrad, proteged y fecundad mi alma para que yo sea digno discípulo de Jesús, y dadme la gracia que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la Santísima TRINIDAD, y terminar con la oraciones finales para todos los días.

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DÍA QUINTO

ORACION PARA EMPEZAR TODOS LOS DÍAS

¡Dios mío! Dios de amor y de verdad. Autor de la santificación de nuestras almas, postrado humildemente ante vuestra soberana Majestad, detesto en la amargura de mi corazón todos mis pecados, como ofensas hechas a Vos, digno de ser amado sobre todas las cesas. ¡Oh bondad infinita! ¡Quién jamás os hubiera ofendido! Perdonadme, Señor, Dios de gracia y de misericordia, perdonadme mis continuas infidelidades; el no haber tenido valor para ejecutar cosa alguna buena, después que tantas veces vuestra misericordia y gracia me han solicitado, reprendido, amenazado e inspirado amorosamente. Me pesa, me arrepiento de la ingrata correspondencia e indigna ceguedad con que he resistido incesantemente a vuestros dulces y divinos llamamientos. Mas propongo firmemente con vuestro auxilio de no ser ya rebelde a Vos, de seguir en adelante vuestras tiernas inspiraciones con suma docilidad. A este fin, alumbrad, oh fuente de luz, mi entendimiento, fortaleced mi voluntad, purificad mi corazón, arreglad todos mis pensamientos, deseos y afectos, y hacedme digno de gustar los frutos bienaventurados que vuestros dones producen en las almas que os poseen. Concededme las gracias que os pido en esta Novena, si han de ser para mayor gloria vuestra, y para que yo os vea, ame y alabe sin fin en vuestra gloria. Amén.

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Ven a nuestras almas¡ Oh Espíritu SANTO!y del cielo envíade tu luz un rayo.Ven, padre de pobres, ven, de dones franco, ven, de corazones lucido reparo.Ven, consolador, dulce y soberano, huésped de las almas, suave regalo.En los contratiempos descanso al trabajo, templanza en lo ardienteconsuelo en el llanto.Santísima luz de todo cristiano, lo intimo del pecho, llena de amor casto.En el hombre nadase halla sin tu amparo, y nada haber puede sin Ti, puro y santo.Con tus aguas puras lava lo manchado, riega lo que es seco pon lo enfermo sano.Al corazón duro doblegue tu mano, y ablande las almas que manchó el pecado.Vuelve al buen camino al extraviado, y al helado enciende en tu fuego santo.Concede a tus fieles en Ti confiados de tus altos dones sacro setenario.Aumento en virtudes haz que merezcamos, del eterno gozo el feliz descanso.Amén.

¡Oh Espíritu Santo! Suave viento que llenó el Cenáculo y dio fuerza y valor a los corazones de cuantos os esperaban, orando fervorosamente unidos con una alma y un corazón: ocupad ¡oh Espíritu de vida y amor! toda la casa de mi pequeño espíritu, mí memoria, entendimiento y voluntad: y dadme la gracia que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la Santísima TRINIDAD, y terminar con la oraciones finales para todos los días.
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DÍA SEXTO

ORACION PARA EMPEZAR TODOS LOS DÍAS

¡Dios mío! Dios de amor y de verdad. Autor de la santificación de nuestras almas, postrado humildemente ante vuestra soberana Majestad, detesto en la amargura de mi corazón todos mis pecados, como ofensas hechas a Vos, digno de ser amado sobre todas las cesas. ¡Oh bondad infinita! ¡Quién jamás os hubiera ofendido! Perdonadme, Señor, Dios de gracia y de misericordia, perdonadme mis continuas infidelidades; el no haber tenido valor para ejecutar cosa alguna buena, después que tantas veces vuestra misericordia y gracia me han solicitado, reprendido, amenazado e inspirado amorosamente. Me pesa, me arrepiento de la ingrata correspondencia e indigna ceguedad con que he resistido incesantemente a vuestros dulces y divinos llamamientos. Mas propongo firmemente con vuestro auxilio de no ser ya rebelde a Vos, de seguir en adelante vuestras tiernas inspiraciones con suma docilidad. A este fin, alumbrad, oh fuente de luz, mi entendimiento, fortaleced mi voluntad, purificad mi corazón, arreglad todos mis pensamientos, deseos y afectos, y hacedme digno de gustar los frutos bienaventurados que vuestros dones producen en las almas que os poseen. Concededme las gracias que os pido en esta Novena, si han de ser para mayor gloria vuestra, y para que yo os vea, ame y alabe sin fin en vuestra gloria. Amén.

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Ven a nuestras almas¡ Oh Espíritu SANTO!y del cielo envíade tu luz un rayo.Ven, padre de pobres, ven, de dones franco, ven, de corazones lucido reparo.Ven, consolador, dulce y soberano, huésped de las almas, suave regalo.En los contratiempos descanso al trabajo, templanza en lo ardienteconsuelo en el llanto.Santísima luz de todo cristiano, lo intimo del pecho, llena de amor casto.En el hombre nadase halla sin tu amparo, y nada haber puede sin Ti, puro y santo.Con tus aguas puras lava lo manchado, riega lo que es seco pon lo enfermo sano.Al corazón duro doblegue tu mano, y ablande las almas que manchó el pecado.Vuelve al buen camino al extraviado, y al helado enciende en tu fuego santo.Concede a tus fieles en Ti confiados de tus altos dones sacro setenario.Aumento en virtudes haz que merezcamos, del eterno gozo el feliz descanso.Amén.

Oh Espíritu Santo! Luz clarísima que ilustró el entendimiento de los santos Apóstoles, comunicándoles, como Sol divino, toda la luz que necesitaban para su perfección y para la conversión del mundo: llenad ¡oh luz beatísima! todos los senos tenebrosos de mi interior, para que os conozca y dé a conocer a todo el mundo; y la gracia que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la Santísima TRINIDAD, y terminar con la oraciones finales para todos los días.
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DÍA SÉPTIMO

ORACION PARA EMPEZAR TODOS LOS DÍAS

¡Dios mío! Dios de amor y de verdad. Autor de la santificación de nuestras almas, postrado humildemente ante vuestra soberana Majestad, detesto en la amargura de mi corazón todos mis pecados, como ofensas hechas a Vos, digno de ser amado sobre todas las cesas. ¡Oh bondad infinita! ¡Quién jamás os hubiera ofendido! Perdonadme, Señor, Dios de gracia y de misericordia, perdonadme mis continuas infidelidades; el no haber tenido valor para ejecutar cosa alguna buena, después que tantas veces vuestra misericordia y gracia me han solicitado, reprendido, amenazado e inspirado amorosamente. Me pesa, me arrepiento de la ingrata correspondencia e indigna ceguedad con que he resistido incesantemente a vuestros dulces y divinos llamamientos. Mas propongo firmemente con vuestro auxilio de no ser ya rebelde a Vos, de seguir en adelante vuestras tiernas inspiraciones con suma docilidad. A este fin, alumbrad, oh fuente de luz, mi entendimiento, fortaleced mi voluntad, purificad mi corazón, arreglad todos mis pensamientos, deseos y afectos, y hacedme digno de gustar los frutos bienaventurados que vuestros dones producen en las almas que os poseen. Concededme las gracias que os pido en esta Novena, si han de ser para mayor gloria vuestra, y para que yo os vea, ame y alabe sin fin en vuestra gloria. Amén.

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Ven a nuestras almas¡ Oh Espíritu SANTO!y del cielo envíade tu luz un rayo.Ven, padre de pobres, ven, de dones franco, ven, de corazones lucido reparo.Ven, consolador, dulce y soberano, huésped de las almas, suave regalo.En los contratiempos descanso al trabajo, templanza en lo ardienteconsuelo en el llanto.Santísima luz de todo cristiano, lo intimo del pecho, llena de amor casto.En el hombre nadase halla sin tu amparo, y nada haber puede sin Ti, puro y santo.Con tus aguas puras lava lo manchado, riega lo que es seco pon lo enfermo sano.Al corazón duro doblegue tu mano, y ablande las almas que manchó el pecado.Vuelve al buen camino al extraviado, y al helado enciende en tu fuego santo.Concede a tus fieles en Ti confiados de tus altos dones sacro setenario.Aumento en virtudes haz que merezcamos, del eterno gozo el feliz descanso.Amén.

¡Oh Espíritu Santo! Sagrado fuego que apareciendo visible sobre los Apóstoles el día de Pentecostés, inflamasteis divinamente sus corazones para que, abrasados en vuestro amor, encendiesen después a todo el mundo en las mismas sagradas llamas: encended en vuestros santísimos ardores mi corazón helado, para que, abrasado mi espíritu en ellos, encienda en vuestro divino amor a cuantos tratare; y dadme la gracia que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la Santísima TRINIDAD, y terminar con la oraciones finales para todos los días.

DÍA OCTAVO

ORACION PARA EMPEZAR TODOS LOS DÍAS

¡Dios mío! Dios de amor y de verdad. Autor de la santificación de nuestras almas, postrado humildemente ante vuestra soberana Majestad, detesto en la amargura de mi corazón todos mis pecados, como ofensas hechas a Vos, digno de ser amado sobre todas las cesas. ¡Oh bondad infinita! ¡Quién jamás os hubiera ofendido! Perdonadme, Señor, Dios de gracia y de misericordia, perdonadme mis continuas infidelidades; el no haber tenido valor para ejecutar cosa alguna buena, después que tantas veces vuestra misericordia y gracia me han solicitado, reprendido, amenazado e inspirado amorosamente. Me pesa, me arrepiento de la ingrata correspondencia e indigna ceguedad con que he resistido incesantemente a vuestros dulces y divinos llamamientos. Mas propongo firmemente con vuestro auxilio de no ser ya rebelde a Vos, de seguir en adelante vuestras tiernas inspiraciones con suma docilidad. A este fin, alumbrad, oh fuente de luz, mi entendimiento, fortaleced mi voluntad, purificad mi corazón, arreglad todos mis pensamientos, deseos y afectos, y hacedme digno de gustar los frutos bienaventurados que vuestros dones producen en las almas que os poseen. Concededme las gracias que os pido en esta Novena, si han de ser para mayor gloria vuestra, y para que yo os vea, ame y alabe sin fin en vuestra gloria. Amén.

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Ven a nuestras almas¡ Oh Espíritu SANTO!y del cielo envíade tu luz un rayo.Ven, padre de pobres, ven, de dones franco, ven, de corazones lucido reparo.Ven, consolador, dulce y soberano, huésped de las almas, suave regalo.En los contratiempos descanso al trabajo, templanza en lo ardienteconsuelo en el llanto.Santísima luz de todo cristiano, lo intimo del pecho, llena de amor casto.En el hombre nadase halla sin tu amparo, y nada haber puede sin Ti, puro y santo.Con tus aguas puras lava lo manchado, riega lo que es seco pon lo enfermo sano.Al corazón duro doblegue tu mano, y ablande las almas que manchó el pecado.Vuelve al buen camino al extraviado, y al helado enciende en tu fuego santo.Concede a tus fieles en Ti confiados de tus altos dones sacro setenario.Aumento en virtudes haz que merezcamos, del eterno gozo el feliz descanso.Amén.

¡Oh Espíritu Santo! Llama ardiente de caridad que con el fuego de vuestro amor inflamando el corazón de los santos Apóstoles y de todos los hombres Apostólicos, les comunicasteis el don de lenguas para la conversión del mundo; inflamad sagrado fuego de amor a mi corazón y mi lengua para que siempre hable gobernado por vuestro Espíritu, y fervoroso en la caridad, inflame a todos para que observen fielmente vuestros divinos mandamientos; y dadme la gracia que pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la Santísima TRINIDAD, y terminar con la oraciones finales para todos los días.

DÍA NOVENO

ORACION PARA EMPEZAR TODOS LOS DÍAS

¡Dios mío! Dios de amor y de verdad. Autor de la santificación de nuestras almas, postrado humildemente ante vuestra soberana Majestad, detesto en la amargura de mi corazón todos mis pecados, como ofensas hechas a Vos, digno de ser amado sobre todas las cesas. ¡Oh bondad infinita! ¡Quién jamás os hubiera ofendido! Perdonadme, Señor, Dios de gracia y de misericordia, perdonadme mis continuas infidelidades; el no haber tenido valor para ejecutar cosa alguna buena, después que tantas veces vuestra misericordia y gracia me han solicitado, reprendido, amenazado e inspirado amorosamente. Me pesa, me arrepiento de la ingrata correspondencia e indigna ceguedad con que he resistido incesantemente a vuestros dulces y divinos llamamientos. Mas propongo firmemente con vuestro auxilio de no ser ya rebelde a Vos, de seguir en adelante vuestras tiernas inspiraciones con suma docilidad. A este fin, alumbrad, oh fuente de luz, mi entendimiento, fortaleced mi voluntad, purificad mi corazón, arreglad todos mis pensamientos, deseos y afectos, y hacedme digno de gustar los frutos bienaventurados que vuestros dones producen en las almas que os poseen. Concededme las gracias que os pido en esta Novena, si han de ser para mayor gloria vuestra, y para que yo os vea, ame y alabe sin fin en vuestra gloria. Amén.

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Ven a nuestras almas¡ Oh Espíritu SANTO!y del cielo envíade tu luz un rayo.Ven, padre de pobres, ven, de dones franco, ven, de corazones lucido reparo.Ven, consolador, dulce y soberano, huésped de las almas, suave regalo.En los contratiempos descanso al trabajo, templanza en lo ardienteconsuelo en el llanto.Santísima luz de todo cristiano, lo intimo del pecho, llena de amor casto.En el hombre nadase halla sin tu amparo, y nada haber puede sin Ti, puro y santo.Con tus aguas puras lava lo manchado, riega lo que es seco pon lo enfermo sano.Al corazón duro doblegue tu mano, y ablande las almas que manchó el pecado.Vuelve al buen camino al extraviado, y al helado enciende en tu fuego santo.Concede a tus fieles en Ti confiados de tus altos dones sacro setenario.Aumento en virtudes haz que merezcamos, del eterno gozo el feliz descanso.Amén.

¡Oh Espíritu Santo! Caridad esencial que, difundida en los corazones humanos, los divinizáis comunicándoles todas las divinas gracias que se incluyen en nuestros siete dones, y comprenden cuanto necesita la vida espiritual, propia de cada uno, y la que deseáis se comunique a todos los hombres: difundidlos, ¡oh Caridad santísima! en mi corazón tan pobre de vuestros siete dones, y que con ellos publique vuestras grandezas. ¡Oh Dios misericordioso! Vos, que antiguamente llenasteis en este dichoso día los pechos apostólicos de vuestra gracia, llenad los nuestros de vuestros divinos carismas, concedednos tranquilos tiempos, confirmad las gracias que os hemos pedido en esta Novena, si son para mayor gloria vuestra y bien de nuestras almas. Amén.
Después de esta oración, en lugar de la antífona, verso, respuesta y oración de todos los días, se dirán las siguientes:

ANTÍFONA PARA EL DÍA NOVENO

Hoy se completaron los días de Pentecostés, aleluya; hoy se reproducen los felices gozos, cuando el Espíritu Consolador bajó sobre sus Apóstoles, aleluya; hoy, rayando el resplandor del divino fuego, reposó el Espíritu Santo en forma de lenguas sobre ellos, aleluya; hoy les hace fecundos en palabras, les inflama de su amor y les llena de' sus innumerables carismas, aleluya, aleluya.
V. Fueron todos llenos del Espíritu Santo, aleluya.R. Y comenzaron a hablar en varias lenguas, aleluya.

ORACIÓN

Oh Dios, que habéis instruido en este día los Corazones de los fieles con la ilustración del Espíritu Santo, dadme el sentir rectamente con este mismo Espíritu, y gozar siempre de su consolación. Por Jesucristo Señor nuestro, tu Hijo, que vive contigo y reina en la unidad del mismo Espíritu Santo, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.

Los Dones del Espiritu Santo

1º DON DE SABIDURíA: No es para que sepamos muchísimo de muchas cosas; sino para perfeccionar en nosotros ni más ni menos que el amor, la caridad. Las almas privilegiadas que de manera habitual han recibido ese don han amado a Dios como no tenemos ni idea; han aparecido ante el mundo como unos loquitos que eran capaces de hacer por Dios y por la gente gestos heroicos. Díganme si un misionero no necesita de este don del Espíritu Santo, cuando las exigencias de la Misión casi siempre, de manera habitual, han de ser heroicas.

2º DON DE ENTENDIMIENTO: Potencia y cómo que dispara la virtud de la fe. Con él se entienden de manera admirable lo más profundos misterios; se comprende por ejemplo la santidad de la Virgen María; la grandeza de la Santa Misa, y su valor infinito... por medio de ese admirable don se ilumina nuestro entendimiento y nos confiere una fuerza y una eficacia santificadora, tal como la necesita el evangelizador, el que se entrega a la causa estupenda de dar a conocer al mundo a Cristo el Señor, su Vida y su Evangelio; al que deja su vida en los campos de las Misiones.

3º DON DE CIENCIA: Se trata de la ciencia verdadera, de la que viene y va a Dios en directo. Por supuesto que también perfecciona la fe que debemos transmitir a los demás, como el mejor servicio que se le puede prestar a los hombres, de acuerdo con Juan Pablo II. Esta ciencia nos enseña “a juzgar rectamente de las cosas creadas”. El “hermano sol y la hermana luna” se las inventó el corazón de San Francisco de Asís con esta ciencia, que merece la vida entera por conocerla y gustarla. El misionero vive en pleno contacto con la naturaleza y sus maravillas; y todo le ayuda para entender mejor el amor de Dios y explicárselo con fuego a quienes nunca supieron que tenían en los cielos un Padre bondadoso que es puro Amor.

4º DON DE CONSEJO: Gracias, en buena parte, a este regalo del Espíritu los misioneros fueron a parar a territorios que ni sabían dónde quedaban en la geografía de los continentes o países. Allí fueron a dar con sus huesos y con su enorme carga de fe y de amor, guiados, quizá sin saberlo, por el consejo sutil y cierto del Espíritu Santo. Ayuda mucho, pero mucho, a esa virtud tan rara y muy pocas veces tomada en cuenta que es la prudencia, virtud casi desconocida y raras veces empleada en nuestro vivir y en nuestro actuar. Nuestras grandes determinaciones en la vida están o deben estar signadas por el don de Consejo, si es que no queremos fracasar con nuestras propias loqueras o nuestros criterios personales.

5º DON DE PIEDAD: No es expresamente para formar monaguillos piadosos –que tampoco debe ser cosa fácil- sino que con este don, el Espíritu nos hace descubrir a Dios como Padre y quererle con todas nuestras fuerzas; de paso nos estimula a querer a nuestros hermanos, como Teresa de Calcuta quería a los leprosos. Es la vida ordinaria del misionero. Gentes que no conocen de nada ni la entienden en su cultura, ni saben de su idioma, y se fajan, sin embargo, a conocer, amar y ayudar en cuerpo y alma, a pequeños Cristos que se le han cruzado en el camino de su vocación misionera. El don de piedad actúa como un auténtico milagro en el corazón del misionero. (Cuando se habla del misionero, se entiende por igual de la misionera, de la persona consagrada o del laico comprometido. Los dones no tienen género. Son del Espíritu Santo y basta).

6º DON DE FORTALEZA: Se trata de una fuerza del Espíritu Santo que resiste y acomete según la necesidad del momento. Es bueno recordar que la fortaleza es una de las virtudes cardinales ¿Se acuerda usted por dónde anda eso en el catecismo que estudió? Pues aunque no se acuerde nadie, ni lo tome demasiado en serio, el Espíritu Santo, sí; él concede una fuerza y un valor increíble a quienes asiste en los trances más difíciles de la vida. Necesitamos todos urgentemente y casi en cada momento, de esta fuerza única que resiste el mal; el que sacude al mundo y a sus gentes como un huracán y tiende a destruirlo y borrarlo del mapa de la vida.
Resistir el mal y hacer siempre el bien, sin cansarnos como nos enseña San Pablo. Las causas de Dios son empinadas, costosas; exigen muchas veces la vida misma. Por algo la Iglesia creció con la sangre de sus mártires. Pura fortaleza de Dios; don bellísimo y absolutamente necesario en nuestros tiempos.

7º DON DE TEMOR A DIOS: También el temor es necesario; pero es un temor pleno de amor; es un susto justificado de perder la amistad de nuestro Padre Dios y de nuestro Hermano Jesús. Un enamorado tiembla sólo con pensar en que puede perder a su amor; a la persona que es razón de su vida. Se trata de un temor filial, el temor de Dios. Por supuesto que, si al perder al Dios se pierde el cielo donde él habita con sus santos, se puede uno imaginar lo terrible que tiene que ocurrir en el corazón de un misionero, si después de una entrega heroica y sin límites se queda del lado de afuera. San Pablo lo sintió y debió temblar como la hoja en el árbol. Temía que predicando a los demás, él mismo pudiera ser borrado del libro de la vida. El don de temor es sano, muy digno de que lo tomemos en cuenta y de pedírselo al Espíritu Santo junto con los demás dones y regalos que él nos hace.
Es bueno que hablemos del Espíritu Santo; descubramos su presencia en nuestros corazones y agradezcamos el milagro amoroso de revivir dentro de nosotros, con esa suavidad y fortaleza, solo perceptible cuando nos entregamos a El como Abogado nuestro ante el Padre, que no cesa de interceder por nosotros “con gemidos inefables”.

lunes, 28 de abril de 2008

Dios Piensa al Revés

Dios piensa al revés, ¿cómo? Si al revés. ¿Al revés de quien? Oh de mí y de ti, su pensamiento es diferente.
Mira, iré pasando al frente tuyo algunos pensamientos de Dios y otros míos, luego tú añadirás los tuyos.

NOSOTROS DECIMOS:

Es bueno ser: rico, estar alegres, no dejarse engañar, hacer justicia, no tener hambre, estar en paz.

DIOS DICE:
"Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados = los mansos =, porque = ellos poseerán en herencia la tierra. = Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa.

NOSOTROS DECIMOS:
Yo hago juramento para que me crean.

DIOS DICE:
Pues yo digo que no juréis en modo alguno: ni por el Cielo, porque es el trono de Dios, ni por la Tierra, porque es el escabel de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran rey. Ni tampoco jures por tu cabeza, porque ni a uno solo de tus cabellos puedes hacerlo blanco o negro. Sea vuestro lenguaje: "Sí, sí"; "no, no": que lo que pasa de aquí viene del Maligno.

NOSOTROS DECIMOS:
El que me la hace me la paga

DIOS DICE:
Pues yo os digo: no resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra: al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto; y al que te obligue a andar una milla vete con él dos. A quien te pida da, y al que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda.

NOSOTROS DECIMOS:
Yo amo a mis amigos y aborrezco a mis enemigos, no ando con la chusma, ni con delincuentes.

DIOS DICE:
Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial.
Publico mis obras de caridad para que aprendan y hagan lo mismo.
Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará

NOSOTROS DECIMOS:
Pido mucho a Dios por mi y todo el mundo

DIOS DICE:
.Y al orar, no charléis mucho, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados. No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo.

NOSOTROS DECIMOS:
No estoy atado a Mandamientos; basta con amar.

DIOS DICE:
"Si me amáis, guardaréis mis mandamientos" -Juan 14:15"Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor." -Juan 15:10

NOSOTROS DECIMOS:
No hace falta seguir a la Iglesia, sino solo a Dios.

DIOS DICE:
"Nosotros somos de Dios. Quien conoce a Dios nos escucha, quien no es de Dios no nos escucha. En esto conocemos el espíritu de la verdad y el espíritu del error." -I Juan 4:6


NOSOTROS DECIMOS:
Nadie me ama

DIOS DICE:
"Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna." Juan 3:16
"Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros. Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros." Juan 13:34

NOSOTROS DECIMOS:
Ya no puedo mas

DIOS DICE:
"Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza». Por tanto, con sumo gusto seguiré gloriándome sobre todo en mis flaquezas, para que habite en mí la fuerza de Cristo. -II Cor. 12:9
No se puede conocer la verdad objetiva porque cada persona tiene su propia verdad
"Yo guiaré tus pasos" - Proverbios 3:5-6

NOSOTROS DECIMOS:
Yo puedo buscar mi propia verdad; todas las religiones son iguales

DIOS DICE:
Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí" -Juan 14:6

NOSOTROS DECIMOS:
No tengo perdón de Dios

DIOS DICE:
Jesús: "Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia." -Juan 10:10Jesús:"Misericordia quiero, que no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores." -Mateo 9:13"Por consiguiente, ninguna condenación pesa ya sobre los que están en Cristo Jesús." -Romanos 8:1"Si reconocemos nuestros pecados, fiel y justo es él para perdonarnos los pecados y purificarnos de toda injusticia" -I Juan 1:9

NOSOTROS DECIMOS:
Tengo miedo

DIOS DICE:
"No temáis, pues; vosotros valéis más que muchos pajarillos." -Mateo 10:31"No nos dio el Señor a nosotros un espíritu de timidez, sino de fortaleza, de caridad y de templanza" -II Timoteo 1:7"Confiadle todas vuestras preocupaciones, pues él cuida de vosotros."I Pedro 5:7

NOSOTROS DECIMOS:
No puedo cambiar; Me deben aceptar como soy

DIOS DICE:
"No os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto." -Romanos 12:2
Estoy solo
"Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin delmundo". -Mateo 28:20"Sea vuestra conducta sin avaricia; contentos con lo que tenéis, pues él ha dicho: No te dejaré ni te abandonaré" -Hebreos 13:5

NOSOTROS DECIMOS:
No tengo que hacer nada para salvarme

DIOS DICE:
Pablo: " No que lo tenga ya conseguido o que sea ya perfecto, sino que continúo mi carrera por si consigo alcanzarlo, habiendo sido yo mismo alcanzado por Cristo Jesús. Yo, hermanos, no creo haberlo alcanzado todavía. Pero una cosa hago: olvido lo que dejé atrás y me lanzo a lo que está por delante, corriendo hacia la meta, para alcanzar el premio a que Dios me llama desde lo alto en Cristo Jesús." -Filipenses 3:12-14

NOSOTROS DECIMOS:
Es imposible

DIOS DICE:
«Lo imposible para los hombres, es posible para Dios.» (Lucas 18:27)"Y poderoso es Dios para colmaros de toda gracia a fin de que teniendo, siempre y en todo, todo lo necesario, tengáis a sobrante para toda obra buena". -II Corintios 9:8


NOSOTROS DECIMOS:
Estoy cansado de luchar

DIOS DICE:
"Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso". Mateo 11:28


Porque no son mis pensamientos vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos - oráculo de Yahveh " -Isaías 55,8
Como puedes ver nuestros pensamientos no son tan gratos a Dios. Coge la Biblia y ve comprobando a lo largo de toda las escrituras que nuestros pensamientos son diferentes y se puede decir al revés de los nuestros, comencemos por cambiar nuestros pensamientos.

domingo, 27 de abril de 2008

¿Que quiere Dios de mi?

¿Qué es lo que Dios quiere de mí? Menuda pregunta, fácil de responder en el corazón y difícil de poner en práctica, porque no estamos totalmente decididos a jugarnos por Él.

Dios quiere que yo sea santo(a) es lo único que Dios en verdad quiere de mi, la primera tarea del cristiano es ser como su padre. Sean santos porque yo soy Santo. Es un mandato de Jesús. Como hijos obedientes, no se amolden a las apetencias de antes del tiempo de su ignorancia, más bien, así como el que les ha llamado es Santo, así también ustedes sean santos en toda su conducta (1 P 1,14-16) para ser santo debo alejarme de todo aquello que me impide ser libre, para Dios separarme de los amigos de todo lo que distrae mi mirada, aunque sean cosas lícitas, pero me roban el tiempo de estar más tiempo con el amado, Cristo; nada ni nadie puede estar por encima de Cristo en mi vida. El que ama a su padre o a su madre más que a mi no es digno de mi. (Mt. 10,16,24).
La santidad exige radicalidad, es tener los ojos fijos en el sol, así como el águila vuela mirando al sol, así el cristiano debe pasar por esta vida mirando sin distraerse al sol, Cristo, sin desviar su mirada a las criaturas y entretenerse con ellas. Cuando me entretengo con las criaturas dejo de abandonarme al todo, pero en el todo lo tengo todo y a todos.
Esto es lo que Dios quiere de mi: nuestra santificación, que se alejen de la fonicación, que cada uno de ustedes sepa poseer su cuerpo con santidad y honor; y no dominado por las pasión, como hacen los gentiles que no conocen a Dios... no nos llamó Dios a la impureza sino a la santidad. (1Ts. 4,3-7).
El camino de la santidad exigirá diariamente crucificar la carne, con sus deseos y con toda sus pasiones, es un trabajo de valientes los cobardes se atemorizan de este camino.
Los enemigos de mi alma(Mundo, demonio y carne) me lo ponen más árido de la cuenta, realmente el camino de la santidad una vez empezado es agradable y divertido, se aprende a disfrutar la vida de otra manera menos complicada.

Todo me es lícito, más no todo me es conveniente, todo me es lícito más no me dejaré dominar por nada. (1Co 6,12-20).
La vida es una constante lucha entre lo que quiero ser y lo que soy, ya lo dijo San Pablo: "Y así, no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero. Pero cuando hago lo que no quiero, no soy yo quien lo hace, sino el pecado que reside en mí". (Rm 7, 19-20)
Quiero ser buen hijo, padre y compañero; quiero ser buen cristiano y como me baso en mis pocas fuerzas, todo se va por un agujero. ¿Por qué? Porque no dejo que Dios actúe en mi vida. ¿Qué nos falta? Confiar en su Palabra, plenamente.
Cuando nos dejamos llevar por su mano cariñosa, y hacemos lo que Él nos pide, aunque las cosas no salgan como quisiéramos, la vida se tranforma a nuestro alrededor y cobra sentido. Entonces comprendemos que el motivo no está en nosotros, sino en el plan que Dios tiene para nosotros.
¿Qué quiere Dios de mí?
Es la pregunta que define mi vocación, que delinea mi vida, que me hace feliz o infeliz, dependiendo de la opción que asuma.
¿Qué quiere Dios de mí? Que reconozca mi error y crea en su Misericordia; que empiece una y mil veces de nuevo. Porque lo más importante no es caer sino levantarse y seguir hacia adelante. Ya lo dijo un sacerdote: “Santo no es el que nunca cae, sino el que siempre se levanta”.
¿Y si lo que hago está dando sus frutos y no los veo?, ¿qué quiere Dios de mí?Que no me acongoje por ello, ya que los frutos se verán al tiempo de la cosecha.
Cuando el labrador siembra el trigo no se pregunta si el grano está sufriendo en su proceso transformador, más bien está atento a cada etapa del crecimiento, para aportar aquello que esté faltando.
¿Qué quiere Dios de mí? Que no me preocupe por la cizaña que está en el sembradío.
¿Que quiere Dios de mí? Que sepa alabarle, y amarlo; que no le olvide arrumbado en el Sagrario, que lo comparta con todos aquellos que conozco o no; que hable con mi vida de lo bueno y maravilloso que Él es conmigo, de cómo me protege, me consiente, me instruye, me guía... y de cómo reclama mi amor, su Amor.
¿Que quiere Dios de mí? Que sea su hijo. Que tenga fe. Que no pierda la esperanza. Que confíe en Él. Que lo soporte todo con paciencia, templanza y fortaleza. Que tenga misericordia.Que lo ofrezca todo por su Amor.Que luche por ideales, y valores que parecen olvidados. Que sea un reflejo suyo, en la vida... en mi vida, de todos los días. Y que lo lleve a los demás.

sábado, 26 de abril de 2008

La Santidad en la Virgen María


La santidad perfecta de la Virgen María

La Iglesia siempre profundiza en el sentido de la plenitud de gracia de María
1. En María, llena de gracia, la Iglesia ha reconocido a la «toda santa, libre de toda mancha de pecado, (...) enriquecida desde el primer instante de su concepción con una resplandeciente santidad del todo singular» (Lumen gentium, 56).Este reconocimiento requirió un largo itinerario de reflexión doctrinal, que llevó a la proclamación solemne del dogma de la Inmaculada Concepción.El término «hecha llena de gracia» que el ángel aplica a María en la Anunciación se refiere al excepcional favor divino concedido a la joven de Nazaret con vistas a la maternidad anunciada, pero indica más directamente el efecto de la gracia divina en María, pues fue colmada, de forma íntima y estable, por la gracia divina y, por tanto, santificada. El calificativo «llena de gracia» tiene un significado densísimo, que el Espíritu Santo ha impulsado siempre a la Iglesia a profundizar.Su más profunda dimensión conforme al querer de Dios
2. En la catequesis anterior puse de relieve que en el saludo del ángel la expresión llena de gracia equivale prácticamente a un nombre: es el nombre de María a los ojos de Dios. Según la costumbre semítica, el nombre expresa la realidad de las personas y de las cosas a que se refiere. Por consiguiente, el título llena de gracia manifiesta la dimensión más profunda de la personalidad de la joven de Nazaret: de tal manera estaba colmada de gracia y era objeto del favor divino, que podía ser definida por esta predilección especial.El Concilio recuerda que a esa verdad aludían los Padres de la Iglesia cuando llamaban a María la toda santa, afirmando al mismo tiempo que era «una criatura nueva, creada y formada por el Espíritu Santo» (Lumen Gentium, 56).La gracia, entendida en su sentido de gracia santificante que lleva a cabo la santidad personal, realizó en María la nueva creación, haciéndola plenamente conforme al proyecto de Dios.Sin mancha alguna
3. Así, la reflexión doctrinal ha podido atribuir a María una perfección de santidad que, para ser completa, debía abarcar necesariamente el origen de su vida.A esta pureza original parece que se refería un obispo de Palestina, que vivió entre los años 550 y 650, Theoteknos de Livias. Presentando a María como «santa y toda hermosa», «pura y sin mancha», alude a su nacimiento con estas palabras: «Nace como los querubines la que está formada por una arcilla pura e inmaculada» (Panegírico para la fiesta de la Asunción, 5-6).Esta última expresión, recordando la creación del primer hombre, formado por una arcilla no manchada por el pecado, atribuye al nacimiento de María las mismas características: también el origen de la Virgen fue puro e inmaculado, es decir, sin ningún pecado. Además, la comparación con los querubines reafirma la excelencia de la santidad que caracterizó la vida de María ya desde el inicio de su existencia.La afirmación de Theoteknos marca una etapa significativa de la reflexión teológica sobre el misterio de la Madre del Señor. Los Padres griegos y orientales habían admitido una purificación realizada por la gracia en María tanto antes de la Encarnación (san Gregorio Nacianceno, Oratio 38,16) como en el momento mismo de la Encarnación (san Efrén, Javeriano de Gabala y Santiago de Sarug). Theoteknos de Livias parece exigir para María una pureza absoluta ya desde el inicio de su vida. En efecto, la mujer que estaba destinada a convertirse en Madre del Salvador no podía menos de tener un origen perfectamente santo, sin mancha alguna.María es el inicio de una nueva creación en el mundo
4. En el siglo VIII, Andrés de Creta es el primer teólogo que ve en el nacimiento de María una nueva creación. Argumenta así: «Hoy la humanidad, en todo el resplandor de su nobleza inmaculada, recibe su antigua belleza. Las vergüenzas del pecado habían oscurecido el esplendor y el atractivo de la naturaleza humana; pero cuando nace la Madre del Hermoso por excelencia, esta naturaleza recupera, en su persona, sus antiguos privilegios, y es formada según un modelo perfecto y realmente digno de Dios. (...) Hoy comienza la reforma de nuestra naturaleza, y el mundo envejecido, que sufre una transformación totalmente divina, recibe las primicias de la segunda creación» (Sermón I, sobre el nacimiento de María).Más adelante, usando la imagen de la arcilla primitiva, afirma: «El cuerpo de la Virgen es una tierra que Dios ha trabajado, las primicias de la masa adamítica divinizada en Cristo, la imagen realmente semejante a la belleza primitiva, la arcilla modelada por las manos del Artista divino» (Sermón I, sobre la Dormición de María).
La Concepción pura e inmaculada de María aparece así como el inicio de la nueva creación.
5. Se trata de un privilegio personal concedido a la mujer elegida para ser la Madre de Cristo, que inaugura el tiempo de la gracia abundante, querido por Dios para la humanidad entera.Esta doctrina, recogida en el mismo siglo VIII por san Germán de Constantinopla y por san Juan Damasceno, ilumina el valor de la santidad original de María, presentada como el inicio de la redención del mundo.De este modo, la reflexión eclesial ha recibido y explicitado el sentido auténtico del título llena de gracia, que el ángel atribuye a la Virgen santa. María está llena de gracia santificante, y lo está desde el primer momento de su existencia. Esta gracia, según la carta a los Efesios (Ef 1, 6), es otorgada en Cristo a todos los creyentes. La santidad original de María constituye el modelo insuperable del don y de la difusión de la gracia de Cristo en el mundo.

La Santidad

Ser santo es participar de la santidad de Dios. Nuestro Padre, nos creó para ser santos.
En el Antiguo Testamento el hebreo Kadosch (santo) significaba estar separado de lo secular o profano y dedicado al servicio de Dios. El pueblo de Israel se conocía como santo por ser el pueblo de Dios.
La santidad de Dios identificaba su separación de todo lo malo. Los seres humanos son santos cuando se apartan del pecado y viven según la voluntad de Dios.
Jesús es EL SANTO que santifica a todos quienes a El se acercanPor el Bautismo todos somos llamados a la santidad. La santidad es la presencia de Dios reinando en el corazón del creyente. La Iglesia comunica las gracias necesarias que proceden de los méritos de Jesucristo.
Amar a Dios sobre todoEl le dijo: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el mayor y el primer mandamiento. Mateo 22:37-38
Querer ser santos:La Santidad es obra de Jesús pero El no se impone. Requiere la respuesta libre del hombre. Quien ama a Dios desea responderle con todo el corazón, se esfuerza y persevera con la ayuda de la gracia para vencer la tendencia de la carne los pecados capitales.
Hay ambiciones que son pecaminosas y otras que son necesarias para la santidad. San Pablo dice: "¡Aspiren a los carismas superiores! Y aun les voy a mostrar un camino más excelente" I Corintios 12:31. Ese camino es el amor a Dios y al prójimo puesto en práctica, imitando el amor perfecto que es Jesús. No desear otra cosa que agradarle en todo. Cuando agradarle requiere abrazar la cruz, bendita sea. Todo por El y para El.
Aspirar a la santidad es vivir humildemente para Dios: "¿Acaso tiene que agradecer al siervo porque hizo lo que le fue mandado? De igual modo ustedes, cuando hayan hecho todo lo que les fue mandado, digan: Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer." Lucas 17,9-10“Es propio de un alma cobarde y que no tiene la virtud vigorosa de confiar en las promesas del Señor, el abatirse demasiado y sucumbir ante las adversidades”

“El alma que ama a Dios de veras no deja por pereza de hacer lo que pueda para encontrar al Hijo de Dios, su Amado. Y después que ha hecho todo lo que puede, no se queda satisfecha, pues piensa que no ha hecho nada” -San Juan de la Cruz, Cántico espiritual, 3, 1.

Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. Como el ciervo desea las fuentes de las aguas, así te desea mi alma, oh Dios... ¿Cuándo vendré y apareceré ante la cara de Dios? -Sal. 41.

No esperar frutos fáciles. Es lucha de toda una vida
“Aunque me canse, aunque no pueda, aunque reviente, aunque me muera” -Santa Teresa, Camino de perfección, 21, 2

“Hay, pues, que tener paciencia, y no pretender desterrar en un solo día tantos malos hábitos como hemos adquirido, por el poco cuidado que tuvimos de nuestra salud espiritual”
Tener esperanza. Si esta faltara, no seguiremos en la lucha. Creer que la santidad es inalcanzable es una gran tentación. ¡Es mentira! Es escapismo. Si. Podemos ser santos porque Dios da la gracia y los medios. Dios no falla. Muchos han sido los grandes pecadores que llegaron a ser santos. Leamos la vida de San Pablo y San Pedro. Leamos los Hechos de los Apóstoles para ver la obra del Espíritu.
Dios nos ha llamado y nos capacita a todos a ser santos: "Sean santos... porque Yo, el Señor, soy santo" (Lev 19,2; Mt 5, 48). Cristo vino al mundo para hacer posible nuestra santidad. Es por eso que en el Nuevo Testamento se le llama "santos" a los cristianos (1Cor 1, 12; Rm 1, 5; 1Pe 1, 15-16). Son santos solo si viven su fe (Apoc 21, 2.10). Los santos del cielo murieron en gracia de Dios. Su santidad comenzó en la tierra.
Los hombres perdimos la vida de gracia al apartarnos de Dios por el pecado, pero Jesucristo nos reconcilió con el Padre muriendo por nosotros en la Cruz. Por el bautismo recibimos los méritos de ese sacrificio de Cristo, somos liberados del pecado e injertados en Cristo para ser Hijos de Dios y participar de su santidad. San Pablo usa la palabra "santos" para referirse a los fieles que viven la nueva vida en el Espíritu Santo. (2 Cor. 13,12; Ef. 1,1)
La Iglesia es una gran familia en la que Dios es Padre, Jesús el Hermano Mayor, el Espíritu Santo es el santificador que comunica amor entre los miembros de tal manera que, aunque no los hemos visto, podemos llegar a conocer y amar mucho a los santos. Ellos nos enseñan, guían e interceden por nosotros. María es la madre de la familia santa.
Se le llama santo a lo que está al servicio de Dios en forma particular, sea persona, cosa, lugar, tiempo.
"Los santos no son personas que nunca han cometido errores o pecados, sino quienes se arrepienten y se reconcilian". Dijo Benedicto XVI comentando sobre San Pablo y Bernabé. Añadió: "Por tanto, también entre los santos se dan contrastes, discordias, controversias...Son hombres como nosotros, con problemas complicados... La santidad crece con la capacidad de conversión, de arrepentimiento, de disponibilidad para volver a comenzar, y sobre todo con la capacidad de reconciliación y de perdón". "Y todos podemos aprender este camino de santidad". -31 enero 2007 Benedicto XVI. Perseverar en la santidad es mantenerse en comunión con Cristo quien salva y da vida eterna. Dios quiere que todos se salven (1Tm 2,4), pero no todos se abren a la gracia que santifica. Para salvarse es necesario renunciar al pecado y seguir a Cristo con fe. Por eso San Pablo nos exhorta: "Hermanos: Buscad la paz con todos y la santificación, sin la cual nadie verá al Señor" (Hb. 12,14)Al final no importara otra cosa, la única verdadera desgracia es no ser santos.
La Biblia nos exhorta a seguir el ejemplo de los santos (CF. Dan 7, 22-25; Sab 5, 5). La Iglesia continúa esa tradición y reconoce la santidad después de un largo y cuidadoso proceso en el que examina las vidas de los candidatos.

miércoles, 9 de abril de 2008

domingo, 6 de abril de 2008

El valor de la Santa Misa

La Santa Misa

A la hora de tu muerte, tu mayor consuelo serán las Misas que durante tu vida oíste.
Cada Misa que oíste te acompañará en el tribunal divino y abogará para que alcances perdón.
Con cada Misa puedes disminuir el castigo temporal que debes por tus pecados, en proporción con el fervor con que la oigas.
Con la asistencia devota a la Santa Misa, rindes el mayor homenaje a la Humanidad Santísima de Nuestro Señor.
La Santa Misa bien oída suple tus muchas negligencias y omisiones.
Por la Santa Misa bien oída se te perdonan todos los pecados veniales que estás resuelto a evitar, y muchos otros de que ni siquiera te acuerdas.
Por ella pierde también el demonio dominio sobre ti.
Ofreces el mayor consuelo a las benditas ánimas del Purgatorio
Consigues bendiciones en tus negocios y asuntos temporales.
Una Misa oída mientras vivas te aprovechará mucho más que muchas que ofrezcan por ti después de la muerte.
Te libras de muchos peligros y desgracias en los cuales quizás caerías sino fuera por la Santa Misa.
Acuérdate también de que con ella acortas tu Purgatorio.
Con cada Misa aumentarás tus grados de gloria en el Cielo. En ella recibes la bendición del sacerdote, que Dios ratifica en el cielo.
Al que oye Misa todos los días, Dios lo librará de una muerte trágica y el Ángel de la guarda tendrá presentes los pasos que dé para ir a la Misa, y Dios se los premiará en su muerte.
Durante la Misa te arrodillas en medio de una multitud de ángeles que asisten invisiblemente al Santo Sacrificio con suma reverencia.
Cuando oímos misa en honor de algún Santo en particular, dando a Dios gracias por los favores concedidos a ese Santo, no podemos menos de granjearnos su protección y especial amor, por el honor, gozo y felicidad que de nuestra buena obra se le sigue.
Todos los días que oigamos Misa, estaría bien que además de las otras intenciones, tuviéramos la de honrar al Santo del día.
La Misa es el don más grande que se puede ofrecer al Señor por las almas, para sacarlas del purgatorio, librarlas de sus penas y llevarlas a gozar de la gloria. – San Bernardo de Sena.
El que oye Misa, hace oración, da limosna o reza por las almas del Purgatorio, trabaja en su propio provecho. – San Agustín.
Por cada Misa celebrada u oídas con devoción, muchas almas salen del Purgatorio, y a las que allí quedan se les disminuyen las penas que padecen. – San Gregorio el Grande, Papa.
Durante la celebración de la Misa, se suspenden las penas de las almas por quienes ruega y obra el sacerdote, y especialmente de aquellas por las que ofrece la Misa. –San Gregorio el Grande
Puedes ganar también Indulgencia Plenaria todos los lunes del año ofreciendo la santa Misa y Comunión en sufragio de las benditas almas del Purgatorio. Para los fieles que no pueden oír Misa el lunes vale que la oigan el domingo con esa intención.
Se suplica que apliquen todas las indulgencias en sufragio de las Almas del Purgatorio, pues Dios nuestro Señor, y ellas le recompensaran esta caridad.
La Santa Misa es la renovación del Sacrificio del Calvario, el Mayor acto de adoración a la Santísima Trinidad. Por eso es obligación oírla todos los domingos y fiestas de guardar.