domingo, 10 de febrero de 2008

Significado de la Cuaresma

La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.

La Cuaresma es para tratar de cambiar nuestra manera errada de ver la vida, es tiempo de salir de nuestros egoismos y darnos a los demás a los mas cercano.
la cuaresma no es solo para el estomago es tiempo de hacer cambio radicales en nuestra vida, en nuestra manera de ver, sentir, actuar.
Es tiempo de disponer nuestros corazones, para acoger a Cristo,preparar nuestra casa interio, sacar de nuestra vida todo aquello que nos aleja de Dios y de los hermanos, tiempo de compartir, no lo que nos sobra sino privarnos aun de lo que necesitamos por amor.

La Cuaresma dura 40 días; comienza el Miércoles de Ceniza y termina el Domingo de Ramos, día que se inicia la Semana Santa. A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo, hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que debemos vivir como hijos de Dios.

El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual.

En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo, ya que por acción de nuestro pecado, nos alejamos más de Dios.

Por ello, la Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna. Cada día, durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos. En Cuaresma, aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús. Con esto aprendemos también a tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la resurrección.

40 días

La duración de la Cuaresma está basada en el símbolo del número cuarenta en la Biblia. En ésta, se habla de los cuarenta días del diluvio, de los cuarenta años de la marcha del pueblo judío por el desierto, de los cuarenta días de Moisés y de Elías en la montaña, de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública, de los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto.

En la Biblia, el número cuatro simboliza el universo material, seguido de ceros significa el tiempo de nuestra vida en la tierra, seguido de pruebas y dificultades.

La práctica de la Cuaresma data desde el siglo Iuando se da la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada en occidente, pero debe observarse un espíritu penitencial y de conversión.

Redacción

En el vocabulario de la Iglesia, Cuaresma se deriva de la palabra latina
cuadragésima, que significa “cuarenta días” o, más literalmente, “el cuadragésimo día”. La Cuaresma es el período de 40 días que comienza el miércoles de Ceniza y finaliza el Domingo de Ramos. Su duración simboliza, entre otras cosas, el retiro de 40 días de Jesús en el desierto antes de iniciar su ministerio, y el retiro de 40 años de Moisés en el desierto. Durante este período, los fieles deben reforzar su fe mediante diversos actos de renovación y reflexión.
Se trata de un período de oración y recogimiento, enfocado en la conversión y la reconciliación. El color litúrgico de la Cuaresma es el púrpura o morado, que significa discreción, penitencia y dolor.

Ayuno
Llamamos ayuno (del latín ieunium) a la privación o a la reducción voluntaria de alimento observada durante un período de tiempo por motivo religioso.

En la Biblia el ayuno puede ser señal de penitencia, de expiación de los pecados o de voluntad firme de conseguir algo. Otras veces, como en los 40 días de Moisés en el monte, o de Jesús antes de empezar su misión, subraya la preparación intensa para un acontecimiento importante.
El ayuno, junto con la oración y la caridad, ha sido desde muy antiguo una “práctica cuaresmal”, como signo de la conversión interior a los valores fundamentales del Evangelio de Cristo.
Nos abstenemos de carne los viernes de Cuaresma y hacemos abstinencia y además ayuno (una sola comida al día) el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.

Abstinencia
Del latín abstinentia; consiste en la acción de privarse o abstenerse de algo, y es un gesto penitencial. Actualmente, se pide que los fieles con uso de razón y que no tengan algún impedimento, se abstengan de comer carne, realicen algún tipo de privación voluntaria o hagan una obra caritativa los días viernes de Cuaresma, que son llamados días penitenciales.

Conversión
Convertirse es reconciliarse con Dios, apartarse del mal, para establecer la amistad con el Creador. Supone e incluye el arrepentimiento y la confesión de nuestros pecados. Una vez en gracia (sin conciencia de pecado mortal), hemos de proponernos cambiar desde dentro (en actitudes) todo aquello que no agrada a Dios.

Limosna
La palabra griega eleemosyne proviene de éleos, que significa “compasión” y “misericordia”; inicialmente, indicaba la actitud del hombre misericordioso; luego, todas las obras de caridad hacia los necesitados.

Domingo de Ramos
El Domingo de Ramos abre solemnemente la Semana Santa, con el recuerdo de las Palmas y de la Pasión, de la entrada de Jesús en Jerusalén y la liturgia de la Palabra que evoca la Pasión del Señor.

Vía Crucis
Expresión latina que significa “camino de la cruz”. Es un ejercicio que consiste en meditar acerca del camino de Jesús hacia la cruz por medio de lecturas bíblicas y oraciones. Esta meditación se divide en 14 o 15 momentos o estaciones. San Leopoldo de Porto Mauricio dio origen a esta devoción en el siglo XIV, en el Coliseo de Roma, pensando en los cristianos que se veían imposibilitados de peregrinar a Tierra Santa para visitar los lugares de la Pasión y Muerte de Jesucristo. Suele rezarse los días viernes, sobre todo en Cuaresma y en Viernes Santo.