sábado, 24 de enero de 2009

Silencio Elocuente

El domingo de la Santísima Trinidad es conocido como la “Jornada Pro Orantibus”, en la que recordamos a quienes han hecho de la oración y el sacrificio por todos nosotros, su vocación cotidiana: las almas contemplativas. ¡Cuántas injusticias hemos cometido en las últimas décadas contra los monjes y monjas de clausura! ¡Con cuánta frecuencia han tenido que oír de muchos católicos palabras de incomprensión, al estilo de: “¿qué hacéis aquí rezando, con la cantidad de cosas que hay por hacer en el mundo?”! Afortunadamente, parece que en los últimos años, en la medida en que nos hemos llegado a sentir asfixiados en el ambiente secularizado, hemos ido redescubriendo los monasterios contemplativos como auténticos oasis en medio del desierto de la cultura materialista. De ello son testigo muchas hospederías monacales y tantos locutorios, adonde hemos acudido en busca de paz y para encomendar nuestras preocupaciones más urgentes.

Un indicio puntual pero significativo del renacimiento de esta sensibilidad hacia los contemplativos, lo hemos visto recientemente en la gran acogida que ha tenido en Europa la película “El gran silencio”, en la cual se recogía un reportaje de la vida de los monjes cartujos de Grenoble (Francia). En naciones como Alemania, “El gran silencio” ha sido un auténtico éxito de taquilla, que ha superado con creces a Harry Potter en la media de público por proyección. ¡Un filme de 162 minutos en silencio observando la vida de los monjes! Sin duda alguna, algo impensable hace tan sólo diez o veinte años.

Dicho lo cual, sería ingenuo que extrajésemos la conclusión de que esta nueva sensibilidad pueda interpretarse como un reconocimiento suficiente por nuestra parte de la dimensión contemplativa de la Iglesia. Una cosa es el atractivo que ejerce la espiritualidad en nuestros días, y otra bien distinta, es la fe en la oración y en el sacrificio como instrumentos de redención del mundo. Me centro en el subrayado de dos aspectos concretos:
Confianza en la gracia: El influjo de la vida contemplativa en la Iglesia y en nuestra sociedad, es semejante al de las cumbres nevadas de nuestras montañas. Al mirarlas, muchos no perciben más que un hermoso paisaje, ignorando u olvidando que el fértil valle del que estamos disfrutando, ha llegado a florecer gracias a esa nieve derretida de una forma lenta y anónima.
Los dones que recibimos en nuestra vida están “regados” por la oración y el sacrificio de las almas contemplativas. Un cristiano es inmaduro mientras no sea consciente de que nada somos sin la gracia de Dios (“Sin Mí no podéis hacer nada” Jn 15, 5) y de que hay ciertas gracias que sólo pueden alcanzarse “con la oración y con el ayuno” (Mc 9, 29).
Para que valoremos el don de la vida contemplativa, con frecuencia suele ser necesario que tengamos que purificarnos previamente desde la experiencia de la esterilidad de nuestro esfuerzo voluntarista: “Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan los centinelas. Es inútil que madruguéis, que veléis hasta muy tarde, que comáis el pan de vuestros sudores: ¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!” (Salmo 126).

Ocurre que uno de los errores prácticos más frecuentes en la vivencia de la espiritualidad cristiana es el “voluntarismo”: Consiste en poner la iniciativa de la vida espiritual en el propio hombre, en confiar el progreso de la vida espiritual a la propia voluntad de lograrlo, de forma que la acción de Dios relegada a un segundo plano. El planteamiento voluntarista piensa, en el fondo, que los logros de nuestra vida son directamente proporcionales a nuestra fuerza de voluntad y olvida, entre otras cosas, que también la fuerza de voluntad es un don de Dios. De esta forma, el voluntarismo no es capaz de percibir la vida cristiana como un don de Dios “gracia sobre gracia” (Jn 1,16).

Silencio elocuente: «Dios nos dirige su Palabra y Dios nos dirige también su Silencio. ¡Cuántas veces Él nos dice tantas cosas… callándolas! Siempre hemos visto en María la mujer creyente que ha sabido guardar en su corazón lo que Dios hablaba y lo que silenciaba.
Este es el lenguaje místico: el silencio elocuente y la soledad habitada de la Palabra de Dios y de su Presencia adorable. Si el “homo loquens” (hombre que habla) busca y trata de expresar de tantos modos el misterio de Dios que le desborda, llega un momento en el que debe dar paso a otro modo de expresión más propia del “homo adorans” (hombre adorador): el silencio.

Esta Palabra la escuchan los contemplativos. Es la que nos testimonian desde su silencio tan lleno de susurro divino, que se hace elocuente para quien quiera escuchar. Benditos ellos, que han sido llamados a guardar en el corazón lo que Dios nos dice y lo que nos calla».

martes, 13 de enero de 2009

Novena a la Virgen de Altagracia

Novena en honor de Ntra. Sra. de Altagracia

ORACIÓN PREPARATORIA
Oh Madre querida, Virgen dulcísima de Altagracia. Patrona nuestra! Míranos aquí, postrados en tu presencia, deseosos de ofrecerte en este novenario el testimonio de nuestro amor y correspondencia a los innumerables favores que de tus manos hemos recibido Tú eres nuestra Abogada, y como menesterosos venimos a encomendarte nuestras necesidades. Tú eres nuestra Maestra, y como discípulos venimos a aprender los ejemplos de tu santa vida. Eres nuestra Madre, y como hijos venimos a ofrendarte todo el amor de nuestro corazón. Recibe Madre querida, nuestras alabanzas y escucha atenta nuestras súplicas. Amen.(Pida cada uno las gracias que desee obtener de la Santísima Virgen de Altagracia).SUPLICAS1ª ¡Oh Madre dulcísima de Altagracia, toda pura e Inmaculada desde tu Concepción!, te suplicamos bendigas bondadosa a nuestros hijos, conservando la inocencia de nuestros niños y aumentando el amor a la pureza de nuestra juventud. Ave María……

2ª. ¡Oh Madre dulcísima de Altagracia, modelo admirable de madres y esposas cristianas en la humilde casita de Nazaret, te suplicamos bendigas nuestros hogares, haciendo florecer en ellos la santidad del matrimonio. Ave María……

3ª ¡Oh Madre dulcísima de Altagracia, que tuviste la dicha de recibir en tus brazos a tu Santísimo Hijo muerto por nosotros en la Cruz, te suplicamos nos socorras a todos en la hora de la muerte, para que muriendo con el nombre de Jesús en los labios y en el corazón, podamos volar a la gloria de vuestros brazos maternales. Ave María….

ORACIÓN FINAL
¡Virgen Santísima de Altagracia! De todo corazón te agradecemos las continuas bendiciones que sobre nosotros derramas. De tus manos y de tu corazón maternal recibimos cada día el sustento que nos da nuestro Padre del cielo. Tu eres nuestra defensora en los peligros, nuestro socorro en las necesidades y nuestra esperanza en los sacrificios de nuestra vida cristiana. Por tu Corazón Inmaculado queremos tributar a Dios un himno de acción de gracias por tantos beneficios dispensados. Te prometemos ¡Oh Madre! Gratitud y fidelidad. Tu reinarás siempre en nuestros hogares y en nuestro pueblo, donde todos te veneraremos como a Señora y Madre, haciendo florecer todas tus virtudes. Haznos dignos de llamarnos tus hijos, a fin de que sirviendo a Dios y a Ti en este mundo, alcancemos la más alta gracia que nos traes: una muerte cristiana que nos abra las puertas del cielo. Así sea.

Virgen de Altagracia, Madre y Señora:

En ese día final de tu Novena estamos todo el pueblo de Siruela a tus pies. Nos cuesta trabajo dejarte. Y por eso continuaremos visitándote en tu ermita, aunque suponga para nosotros sacrificio, tiempo y esfuerzo perseverante. Todo lo puede el que ama, y a amar Tú nos has enseñado.Venimos a alabarte por las "maravillas que ha hecho en ti el Señor, todopoderoso".Por tu Concepción Inmaculada, por ser Hija de Dios Padre, Templo del Espíritu Santo y madre verdadera de Jesús, Hijo de Dios. Por tu privilegio de ser Virgen y Madre Santa, llena de gracia y

…. De "Alta Gracia", la más bendita de las mujeres, Corredentora al pie de la Cruz y Madre de todos los hombres, Porque Dios te elevó al cielo y junto a El intercedes por nosotros como Abogada, Reina y Madre de misericordia.Venimos también a darte gracias: Cada uno de los hijos de Siruela sabemos los dones que, por tu mediación hemos recibido de tu Hijo Jesús.Tu has permanecido atenta, cercana y amorosa en nuestros sufrimientos y alegrías. En nuestras pruebas y apuros que, por Ti, han encontrado solución y luz. En las dificultades de nuestra convivencia familiar, en la responsabilidad de la orientación de los hijos y en las enfermedades y achaques de nuestros ancianos. Tu has sabido, como Madre, de nuestras esperanzas y oraciones de cada día, de nuestros desconsuelos y protestas, de nuestras vidas y olvidos de la fe, de nuestros deseos de bien y hechos del mal. Y siempre has perdonado, comprendido y disculpado. Gracias, Madre.Y como hermanos tuyos, pecadores y peregrinos en este valle de lágrimas, venimos a suplicarte:"Mostrad, Señora de Altagracia, que sois nuestra Madre", y bendice a tu pueblo de Siruela: a nuestro párroco, a todas las familias que vivimos aquí y a las que han formado sus hogares en otras tierras.Danos la gracia de aprender y practicar aquellas virtudes y dones que a cada uno nos has dado.Concede a los niños la sencillez, la inocencia y la alegría. Da a los jóvenes un corazón limpio, generoso, y emprendedor de nuevas conquistas. Concede a los mayores perseverancia y paciencia en su esfuerzo diario, en su trabajo, y sacrificio por el hogar. Otorga a nuestros ancianos serenidad, acomodación a sus hijos y ejemplo de bondad y de fe.Señora de Altagracia, haz que todos nosotros, cuanto más te amemos, más nos acerquemos a tu Hijo, Jesús. Cuanto más te conozcamos, más aprendamos a amar a Jesús y a permanecer unidos y generosos como pueblo y como hermanos. Y cuanto más te escuchemos, más lleguemos a poner por obra las palabras de tu Hijo.
Bendícenos a todos, Madre de Altagracia.

Virgen de la Altagracia

MAS SOBRE ESTA HISTORIA

La Virgen de la Altagracia es la Protectora del Pueblo Dominicano (por confusión, muchas personas piensan que es la Patrona del país; la Virgen de las Mercedes es la Patrona). Su devoción, por parte de la población católica, se inició en el país durante el período colonial, de donde pasó a otras regiones de América.. El 12 de mayo de 1512 es erigida en parroquia la villa de Salvaleón de Higüey por el obispo de Santo Domingo, García Padilla. Para esa época, se instalaron en Higüey los hermanos Alonso y Antonio de Trejo, naturales de Placencia, en Extremadura (España), quienes fundaron un trapiche para producir azúcar. Al mudarse estos hermanos a la villa de Higüey, trajeron consigo la imagen de la Virgen de la Altagracia y, más tarde, la ofrecieron a la parroquia para que todos pudieran venerarla.En su relación del año de 1650, el canónigo Luis Gerónimo de Alcócer dice: “La ymagen miraculosa de nuestra Señora de Alta Gracia está en la villa de Higüey, como treynta leguas desta Ciudad de Santo Domingo; son innumerables las misericordias que Dios Nuestro Señor a obrado y cada día obra con los que se encomiendan a su Santa ymagen: consta que la trayeron a esta ysla dos hidalgos naturales de Placencia en Extremadura, nombrados Alonso y Antonio de Trexo que fueron de los primeros pobladores desta ysla, personas nobles como consta de una cédula del Rey Don Felipe Primero, año de 1506, en que encomienda al Governador desta Ysla que los acomode y aproveche en ella, y aviendo esperimentado algunos milagros que avia hecho con ellos la pusieron para mayor veneracion en la yglesia parroquial de Higüey, adonde eran vecinos y tenían haciendas. Parece que no quiere Dios Nuestro Señor que salga de aquella villa, porque a los principios embiaron por ella el Arzobispo y cabildo de la Cathedral y se desapareció de vn arca adonde la traian cerrada con veneración y cuidado y el mesmo tiempo se apareció en su yglecia de Higüei adonde solia estar; está pintada en un lienzo muy delgado de media vara de largo y la pintura es del nacimiento y está Nuestra Señora con el Niño Jesús delante y San Joseph a sus espaldas. Y con aver tanto tiempo tiene muy vivos los colores y la pintura como fresca; van en romería a esta santa ymagen de Nuestra Señora de Alta Gracia de toda ysla y de las partes de las Indias que están más serca y cada día se ven muchos milagros que por ser tantos ya no se averiguan ni escriven, algunos en señal de agradecimiento, los hacen pintar en las paredes y otras parte de la yglecia y con ser los menos ya no ay lugar para más; son muchas las lismosnas que se hacen a esta santa yglesia y así está bien proveída de ornamentos y tiene muchas lámparas de plata delante de su santa ymagen”. En 1690, los españoles encabezados por Antonio Miniel invadieron el territorio del Oeste y el 21 de enero derrotaron a los franceses en la histórica batalla de la Sabana Real de la Limonade, pereciendo el gobernador francés Cussy en la acción y retirándose luego los españoles a Santiago. Como las tropas procedentes del Este de la isla elevaron sus plegarias a Nuestra Señora de la Altagracia la víspera del combate, al verse triunfantes iniciaron la celebración de su fiesta religiosa en ese día (21 de enero), en vez del 15 de agosto, costumbre que se ha mantenido a través de las generaciones hasta nuestros días. En 1692 el arzobispo Isidoro Rodríguez Lorenzo escribió una carta dirigida “a todos los fieles cristianos, estantes y habitantes, vecinos y moradores de este nuestro arzobispado” en donde por primera vez aparece una autoridad eclesiástica aprobando como buena y válida la fiesta de los 21 de enero. Basílica de Ntra. Sra. de la AltagraciaHigüey (República Dominicana) Al pasar el tiempo, se perdió el conocimiento del origen de la imagen. Fue el padre Gabriel Benito Moreno del Christo quien años después inventaría la leyenda del "Viejo, los Dos Ríos y del Sueño Misterioso", que el poeta y escritor Rafael Deligne recogió en su obra Encargo Difícil y por igual el escritor y también poeta Juan Elías Moscoso en su obra Chiquitica de Higüey. Pero la leyenda surge debido a vacíos en la historia y, unida a los datos históricos, nos dan una percepción de lo que fue la realidad. La leyenda y la historia se complementan. A principio del siglo 20, Monseñor Arturo de Meriño, Arzobispo de Santo Domingo, pidió a la Santa Sede la concesión de Oficio Divino y Misa Propia para el día de la Virgen de la Altagracia suplicando, además, que fuese como festividad de precepto los 21 de enero, ya que los 15 de agosto no se podía pues la Iglesia Católica celebraba en esa fecha el Misterio de la Asunción de la Virgen a los Cielos. El pedimento fue aprobado y la concesión es efectiva para toda la Arquidiócesis de Santo Domingo. El 21 de enero fue declarado oficialmente día no laborable y de fiesta nacional en todo el territorio nacional durante el gobierno de Horacio Vásquez. La imagen de Nuestra Señora de Altagracia tuvo el privilegio especial de haber sido coronada dos veces. El 15 de agosto de 1922, en el pontificado de Pío Xl, sobre el Baluarte 27 de Febrero o Puerta del Conde fue canónicamente coronada Nuestra Señora de la Altagracia, traída desde su Santuario de la Villa de Higüey, hasta la Capital de la República El Papa Juan Pablo II, durante su visita al país, coronó personalmente el 25 de enero de 1979 a la imagen con una diadema de plata sobredorada, regalo personal suyo a la virgen. La advocación de la Virgen de Altagracia es muy popular, concurriendo a su santuario todos los años numerosas romerías que van desde los más apartados confines de la isla a ofrendarle los votos y promesas hechas en momentos de tribulación. Su santuario se encuentra en la ciudad oriental de Salvaleón de Higüey.

viernes, 2 de enero de 2009

El verdadero amor

...porque el amor de Dios ha sido derramado en nuetros corazones por el Espiritu Santo que nos fué dado" (Romanos 5:5)

El Amor
En este estudio vamos a hablar acerca del amor. Cuando oimos hablar de amor en la actualidad, no podemos evitar pensar el mal significado que este mundo ha dado a esta palabra. El amor, como tantas otras cosas buenas que Dios nos ha dado, ha sido confundido y su significado verdadero casi se ha perdido. La palabra amor se usa liberalmente en nuestra sociedad. Cuando hablamos, en ingles especialmente podemos usar frases como "I love that car" (yo amo ese carro), para querer decir que nos gusta ese carro. De este manera se confunde en si lo que es gusto y amor. El problema que tenemos es nuestro idioma es un tanto limitado cuando se trata de expresar ciertos palabras.

En el idioma griego existen 4 palabras identificar las distintas clases de "amor".

"Eros"- El amor carnal amor es el mor erotico, puede existir en el matrimonio o fuera de el.
"Fileo"- Amor entre padres e hijos (filial).
"Storge"- Afecto tierno de amistad.
"Agape"- Amor de Dios. Connota sacrificio y es totalmente desinteresado.

Las tres primera clases de Amor pueden ser experimentadas por el hombre natural, será un amor interesado y egocentrista. El amor "Agape" es el amor que está solamente en los creyentes y debe obrar en ellos tal como el de Dios. Es el mayor de todos los dones y debemos dejar que su efecto produzca los resultados que quiere producir. Este es el amor del cual se habla en: (Juan 3:16; I Corintios 13, I Juan 4:8, 16). La Biblia nos insta a crecer yu abundar mas y mas en este amor. (I Tesalonicenses 3:12).

Amor, regalo de Dios para los que creen en El
Amor (Agape), una la palabra con mas profundidad que el mar y mas altura que los cielos. El amor (Agape y Filial- I Tes. 4:9-10) debe ser parte de del creyente. Es asi porque la misma Biblia dice que este es el mayor de los dones "Y ahora permanecen la fe, la esperanza, y el amor, estros tres; pero el mayor de ellos es el amor" (I Corintios 13:13).

Tal y como la fe es un ingrediente principal en la vida del creyente, el amor es también. Deben estas dos cualidades ir tomadas de manos en el corazón del cristiano pues de la misma manera que la fe es don de Dios (Efesios 2:8), el amor también lo es para con Dios y los hombres, "la esperanza no averguenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuetros corazones por el Espiritu Santo que nos fué dado" (Romanos 5:5). El amor de Dios se manifesto sobre para nosotros aún sin merecerlo. Porque en otro lugar dice "Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amo, aunestando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo..." (Efesios 2:4-5).

De la misma manera en que nuestra relación con Dios y los demás debe estar basada en la fe (Hebreos 11:6), nuestra relación con Dios y los demás debe también estar basada en el amor. Pero como dijimos anteriormente, el Amor es el mayor.
Porque el Amor no dejará de ser

En I Corintios 13:13 dice que están la Fe, la Esperanza y el Amor, pero el mayor de estos es el Amor. "El amor nunca deja de ser" (I Corintios 13:8). Cuando venga lo perfecto (Cristo y su reino), no tendremos necesidad de tener mas fe "pues la fe es la convicción de lo que no se ve" (Hebreos 11:1). No tenderemos que tener mas esperanza pues nuestra esperanza bienaventurada es la venida de Cristo (Tito 2:13) y una vez llegada, ¿para que esperarla?. Pero el amor nunca dejará de ser. El amor no pasará porque "Dios es Amor" (I Juan 4:8;16). Para que el amor deje de ser, Dios mismo tendía que dejar de ser y eso es imposible pues Dios es eterno. El es el Alfa y la Omega, El principio y el fin. (Isaias 41:4; Apocalipsis 1:8). Manifestacion de amor de Dios a Nosotros Provee salvación: Muy distinto a las demás religiones, nuestro Dios es quien se acerca a nosotros y esto lo vemos claramente "Porque de tal manera amo Dios al mundo que dio a su hijo único, para que todo el que en el cree, no se pierda mas tenga vida eterna" ( Juan 3:16). Dios ofreció a su Hijo Jesucristo en propisiacion por nuestros pecados (I Juan 4:10).
Nos hace sus hijos: El amor de Dios es mas grande que nunguno otro. Es tal ese amor que nos amó cuando eramos pecadores y nos dio de su Espirtu (I Juan 4:13). Nos ha hecho sus hijos (I Juan 3:1). Nos ha hecho su familia (Efesios 2:18-19) y (Romanos 8:14-16).

Solamente son hijos, familia y herederos aquellos que han recibido a Jesucristo como lo expone la Palabra. Por la fe en Cristo recibimos la salvación de parte de Dios y nos convertimos en sus hijos (Efesios 2:8-9).
Nos da vida: Dios nos ha dado vida juntamente con El (Juan 10:10). Dios no solamente nos da vida sino ue nos da vida eterna.
Manifestación de nuestro amor hacia Dios

Es en respuesta a su Amor: Nuestro amor hacia Dios no es pura casualidad, es producto del amor que el tuvo por nosotros
Debemos amarle con todo nuestro ser: (Salmo 116:1,2; Marcos 12:29,30)
Nos abre el camino para amar a nuestro projimo: El amor que nosotros ponemos hacia Dios, aún cuando este amor ha sido don de Dios para nosotros, nos pone en posicion de poder amar a nuestro projimo (Marcos 12:30-31)

Manifestación de nuestro amor hacia los demas
Es producto de nuestra relación con Dios: Si tenemos una buena relación con Dios entonces podremos tener una buena relación con los demas. Una relación vertical saludable es necesaria para tener una relación horizontal saludable. (I Juan 4:7-10)
El amor debe ser como asi mismo: El amor hacia nuestro prójimo debe ser un amor tal como el que sentimos por nosotros mismos. El amor debe comenzar desde nosotros e ir tocando todos los que estan a nuestro alrededor. Desde nuestra familia inmediata hasta los desconocidos mas lejanos. (Leviticos 19:18)

Debe ser la imagen del amor de Cristo: El amor hacia nuestro projimo debe ser tal como el amor que Cristo tuvo por nosotros. Es un mandamiento " Amaos unos a toros , como yo os he amado" (Juan 15:12).
Es saludable: El amor que nosotros mostramos hacia nuestros familiares, hermanos y conocidos sirve de salud y bendición para sus vidas. Aún cientificamente se ha llegado a comprobar que el amor es necesario para la salud de los individuos.

Amados amaos los unos a otros; porque el amor es de Dios.
Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.
El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.
I Juan 4:7-8